Elecciones en Bolivia: los cuatro generales
El OEP, confirmó oficialmente que el partido del MAS-IPSP obtuvo 55.10% a nivel nacional, ganó el voto por el proyecto plurinacional, pero ¿quiénes serán los encargados de administrarlo en este nuevo periodo?
El MAS-IPSP como partido y entramado complejo de corporaciones, sindicatos y organizaciones tuvo durante las tres administraciones pasadas la figura y representación simbólica de Evo Morales como aquella capaz de negociar con diversas fuerzas: dirigenciales, sociales, populares, ubicadas principalmente en el occidente del país,tierras altas, zonas periferizadas y en El Alto.
Con la aparente marginación de Evo en esta nueva administración, está por verse cómo se gestionarán los conflictos con estos sectores, en un escenario distinto a la bonanza económica pasada y en plena pandemia,tomando en cuenta que de momento, ya la fuerza dirigencial del MAS en El Alto, la Federación de mujeres campesinas conocidas como Bartolinas y la Central Obrera (COB), solicitaron esta semana públicamente la dotación de al menos 10 Ministerios por su “fidelidad”, de igual forma la gran masa de funcionarios públicos que fueron despedidos durante el gobierno transitorio esperan retornar a sus puestos de trabajo.
Morales ha impuesto una administración corporativa, sindical y andinocentrista, con pactos y negocios por encima de los intereses de los más de 30 pueblos y naciones que conforman el Estado Plurinacional. Además de esto, su resistencia a abandonar el poder, dejó deudas que deberán pagarse. En este marco ¿será que Evo estará al margen del nuevo gobierno o será que ahora sus intereses oscilarán en la esfera nacional e internacional? sobre todo, por las promesas de explotación de litio a varios actores entre ellos el gobierno de Rusia, el proceso anunciado a Luis Almagro (OEA) por el informe emitido el 2019, el anuncio de la remoción de jueces y fiscales por ende la anulación de todos los procesos judiciales pendientes en contra suya, entre los que se incluyen denuncias por trata y tráfico y pedofilia.
Otra de las fuerzas dentro del partido, es la del ex-estudiante de la Escuela de las Américas y exmilitar J. R Quintana, quién desde espacios estratégicos como ADEMAF diseñó entre muchos proyectos, planes para la colonización del norte del país mediante el traslado de agrupaciones campesinas cocaleras y militantes urbanos del MAS. Quintana también llevó a cabo el plan estratégico para un circuito económico contrario al eje troncal y, el 2019 amenazó públicamente con provocar un “Vietnam” contra los bolivianos. Estas acciones derivaron en la Masacre del Porvenir, la intervención al TIPNIS y los enfrentamientos en Senkata y Sacaba, por nombrar algunos.
No menos importante es la delicada situación de las fronteras por las altas cifras y denuncias por narcotráfico, trata de personas y contrabando. Habrá que ver si en este periodo Quintana gobernará desde algún confín en la sombra o como autoridad, en todo caso es de esperar que como primera acción que se lleve a cabo, se ordene la remoción inmediata de la cúpula militar que actuó el 2019, se procese a los responsables por las masacres en Senkata y en Sacaba, mientras se espera el desenlace de la situación de los 1.500 procesados por sedición en estos casos. Con estas acciones se promoverá una nueva circulación de la élite militar nacional, con viejas configuraciones “alineadas al proceso”.
Una tercera fuerza es la liderada por A. G Linera, quién sostuvo y sostiene la reproducción simbólica e imaginaria de las pasadas administraciones del MAS a través de la producción académica, los nexos, complicidades y vínculos con varias casas de estudios, grupos de investigadores e intelectuales renombrados de izquierda en el campo de las ciencias sociales, tarea que sin duda mantendrá. Ahora bien, una de sus labores en el pasado fue también la de encargarse de los diversos acercamientos con la élite política empresarial de Santa Cruz, espacio dónde también adquirió acciones personales de diversas empresas y algunos medios de comunicación, convirtiéndose también en un próspero empresario. Está por verse quién asumirá la negociación con estos grupos, que hasta esta semana impugnaron los resultados de las elecciones.
En una cuarta fuerza, se encuentra D. Choquehuanca, un líder con todo el potencial para hacer sombra a la figura de Evo, pero que, por las tensiones entre ambos y los celos de Morales, mantuvo un perfil moderado al posicionarse en un primer momento desde la cancillería y hacerse cargo de las relaciones internacionales, espacio dónde promovió la cosmovisión andina del país por sobre incluso, la cosmovisión y los intereses de los pueblos amazónicos, parcialidad demostrada en su actuación con relación al conflicto del TIPNIS que derivó en la brutal represión a los indígenas en la localidad de Chaparina en el 2011.
Finalmente, L. Arce, como fuerza aliada y escudo de Choquehuanca, funge ahora como comodín, actúa como representante de lo que más ansía el boliviano “certezas, seguridad económica, bonos sociales”.Su posicionamiento es una confirmación de que el viejo funcionariado público de clase media seguirá gobernando.
Lo que hemos presenciado fue una re composición de fuerzas internas en el MAS , entre sus actores clave, habrá que ver como se negocian los intereses dispares y los espacios de poder de estos cuatro generales: si el afán de protagonismo de Morales dejará gobernar a Choquehuanca, si el lugar y los espacios que se cederán y negarán a los grupos corporativos, sus dirigentes y sus intereses desencadenarán nuevos conflictos y otras re configuraciones al interior de estos espacios, si el impuesto a la riqueza anunciado en estos días contemplará también a esta élite política empresarial y finalmente si esta vez habrá alguna apertura a la gran mayoría del país indigena-campesina o, como hasta ahora serán los viejos grupos de poder político los que bailarán con la máscara indígena sobre el voto de quienes pagaron con su vida y sangre su retorno. (I)