En su segundo día de audiencia ante el Comité de la ONU contra la Tortura, el delegado del Vaticano, monseñor Silvano Tomasi, reveló que 884 sacerdotes han sido removidos de su “condición clerical” desde el año 2004 por delitos de pederastia.

Tomasi explicó que las destituciones ocurrieron por “acusaciones creíbles de casos graves de pederastia clerical”. Reconoció que desde 2004 a la fecha el Tribunal Clerical ha recibido 3.420 acusaciones a clérigos que cometieron abuso a menores de 18 años. La mayoría datan de los 50, 60 y 80.  

Tomasi señaló que a 2.572 sacerdotes que han cometido delitos de pedofilia se les ha impuesto el “castigo canónico” de retirarse a observar una vida de penitencia y oración tal como lo exigen las leyes de la Iglesia Católica. En 2010, se consideraba que en el 10% de los casos los sacerdotes decidían voluntariamente apartarse del camino.

La situación del Vaticano no es del todo clara, debido a que, en realidad, no tiene competencia penal sobre los que cometen este tipo de delitos, explicó el delegado papal.

Aseguró que eso es competencia de la justicia de cada país y lo único que puede hacer la Iglesia es iniciar un proceso de investigación a nivel interno, explicó el enviado.

En palabras de Tomasi, “la Santa Sede realiza procedimientos eclesiásticos contra aquellas personas sobre las que pesan abusos”. Esto, aclaró, “sin perjuicio de las acciones judiciales que se practiquen en los lugares donde resida el acusado”. Agregó que los sacerdotes y obispos “están sujetos a la legislación de cada país en el que residen”.

Aclarado este punto, Tomasi explicó en la ciudad de Ginebra que cuando se sospecha de un caso de abuso a menores por parte de un clérigo, el obispo local “tiene el deber de proteger a los niños de las acciones llevadas a cabo por los sacerdotes de su diócesis”, por lo que debe realizar un informe y trasladarlo a la Congregación para la Doctrina de la Fe para que esta dirima al respecto.

Una vez realizado el estudio, la congregación tiene la capacidad de condenar al sacerdote a una pena canónica, “y en caso de que el clérigo fuera declarado culpable, la pena más extrema será la separación de este del entorno clerical”.   

El Comité de la ONU ha pedido informes sobre casos particulares de sacerdotes acusados en México, Estados Unidos, India y Alemania, además solicitaron las medidas concretas que el Vaticano tomará para evitar que vuelvan a cometerse estos casos de abusos.