El jueves se confirmó que tenía identidad falsa como Roberto Sedano
El represor argentino Jorge Raúl Vildoza murió en Sudáfrica sin pagar sus delitos
La impunidad ganó una batalla en Argentina. El represor y excapitán de navío Jorge Raúl Vildoza, prófugo de la justicia más de dos décadas, murió a los 86 años en Sudáfrica, anunció la Interpol.
Se lo buscaba como responsable de miles de secuestros, torturas y asesinatos, el robo de bienes de sus víctimas, la apropiación de bebés y su participación en los llamados “vuelos de la muerte” que arrojaban detenidos-desaparecidos vivos al Río de la Plata. Su caso engloba una de las historias más dramáticas de la dictadura, ya que una de sus víctimas, Cecilia Viñas, cuyo hijo nació en cautiverio y el marino se apropió, siguió detenida-desaparecida, incluso tras la recuperación de la democracia cuando llamaba por teléfono a su madre desde su centro clandestino de detención. Pero jamás apareció. La Armada ayudó al represor a huir del país con documentos falsos.
La noticia fue recibida por el juez federal Sergio Torres a través del departamento de Interpol de la Policía Federal. Vildoza fue jefe del grupo de tareas (como eran conocidas las bandas dedicadas a secuestrar, torturar y asesinar a opositores del régimen militar) de la antigua Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el más conocido centro de detención y exterminio que funcionó durante la dictadura (1976-83).
La secretaría número 23, a cargo de Torres, buscaba al represor para enjuiciarlo en el marco de la megacausa que investiga los crímenes ocurridos en la desaparecida ESMA.
Vildoza tuvo a su cargo a célebres represores hoy condenados como Jorge ‘El Tigre’ Acosta, su jefe de inteligencia; y al marino Adolfo Donda, apropiador de la actual diputada nacional Victoria Donda.
El represor escapó a Sudáfrica con su esposa, Ana María Grimaldos, en 1990. Hace cuatro años, ella fue arrestada y declaró en la justicia argentina que su cónyuge había muerto el 27 de mayo de 2005 en Johannesburgo tras sufrir una arritmia cardíaca y sus restos cremados bajo el alias de Roberto Sedano. Había estado 25 años prófuga acusada de la apropiación de Javier Penino Viñas, el hijo de la detenida-desaparecida Cecilia Viñas que dio a luz en la ESMA.
La versión fue respaldada entonces por Javier Penino Viñas, el hijo apropiado por la pareja. “Mi padre adoptivo falleció en Sudáfrica el 27 de mayo de 2005, apenas 20 días después de mi casamiento”.
La Interpol confirmó ahora que las huellas que aparecían en el documento de Sedano coincidían con las de Vildoza. El represor era considerado el segundo hombre en importancia en la antigua ESMA entre 1976 y 1980. La causa en su contra por la apropiación de Javier Penino Viñas comenzó en 1984 a partir de la denuncia de la madre de Cecilia Viñas.
Pero dos años después Vildoza y su esposa viajaron a Europa con el niño robado dejando en su país a sus tres hijos. Pero en 1998, Javier se enteró a través de internet que Vildoza y su esposa -a quienes creía sus padres biológicos- tenían orden de captura y le escribió una carta a la jueza que llevaba la causa, María Servini de Cubría. El joven viajó solo a Argentina y se realizó el examen de ADN y ese mismo año recuperó su identidad. Sin embargo, nunca rompió sus vínculos con los Vildoza. Incluso contó con detalles cómo fue la huida de sus padres de Argentina, primero a Paraguay y luego a Austria y Sudáfrica, ayudados por la Armada.
“Recuerdo muy bien el trámite para adoptar el apellido Sedano. Cuando fuimos a la ciudad Presidente Stroessner (hoy Ciudad del Este), en la frontera con Iguazú y en un hotel fronterizo, nos reunimos con un personal operativo de la Armada. Tomando muchos cuidados (supuestamente estábamos ahí para conocer las Cataratas), fuimos a su habitación para poner las huellas digitales sobre el pasaporte. El señor tenía un equipo completo de tintas, etc., para lograr un documento completamente ‘oficial’. También nos entrenó sobre nuestras nuevas identidades, fechas de cumpleaños, nombres de abuelos, etc.”.
Además, confirmó las sospechas sobre el rol de Vildoza en los “vuelos de la muerte”. “Él volaba. Y tenía alto rango. Siempre cuando le tocó hacer el vuelo estaba a cargo del avión. Parece que hubo una cierta influencia religiosa. La idea era que ser tirados del avión vivos, aunque dormidos, era una forma humana y cristiana de llevar a cabo la ejecución. A mí, me pareció un horror. Creo que se dio cuenta de que era algo difícil de explicar”, afirmó.
Grimaldos fue arrestada en Acassuso, periferia norte de la capital argentina, después de visitar a sus hijas. Tenía previsto viajar a Londres. Ella se desplazaba con dos identidades falsas, como Ana María Marianuchi y Ana María Sedano.
Javier es hijo de Hugo Reinaldo Penino y Cecilia Viñas Moreno de Penino. La pareja fue secuestrada el 13 de julio de 1977 en Buenos Aires, donde vivían. Ambos permanecieron secuestrados en Mar del Plata. Cecilia estaba embarazada de 5 meses y la trasladaron a la maternidad de ESMA, donde nació Javier.
El caso tiene ribetes impresionantes, ya que Cecilia siguió viva tras el final de la dictadura. En 1984, en el pleno gobierno democrático de Raúl Alfonsín, llamó a su madre desde su centro de detención, en las que le preguntaba por su hijo nacido en cautiverio. Las llamadas desgarradoras fueron grabadas y el jueves en la noche el canal C5N las puso al aire. Cecilia nunca apareció. Es de hecho la primera persona desaparecida en la democracia. (I)