El recuerdo de Tiananmen perdura en las memorias
Han pasado 23 años, pero el recuerdo de Tiananmen no se desvanece de la memoria del profesor Shao Jiang, entonces estudiante y superviviente de una matanza que acalló las voces de cambio de miles de jóvenes chinos, unas reformas que sólo llegarán, dice, “cuando la gente conozca la verdad”.
“¿Cuál es la verdad?”, se le pregunta por teléfono, y Shao, exiliado en Europa desde 1997, asegura que esta sigue oculta “bajo la propaganda del régimen unipartidista, que todavía coarta las libertades y reprime los derechos humanos”.
Shao fue testigo de cómo los tanques y los soldados abrían fuego de forma indiscriminada contra civiles y sus cuerpos quedaban tendidos en la carretera, una reacción que nunca habría imaginado.
China conmemoró ayer el 23 aniversario de la matanza perpetrada en la madrugada del 4 de junio de 1989, cuando las tropas del Ejército de Liberación Popular (ELP) dispararon contra cientos de estudiantes que se habían manifestado en la plaza Tiananmen, en Pekín, y otras zonas de la capital durante tres meses pidiendo reformas democráticas.
El régimen de Pekín prohibió ayer cualquier mención en los medios de comunicación estatales a las manifestaciones de Tiananmen. Las búsquedas de términos como “64”, “23”, “vela” o “nunca olvidar” estaban bloqueados en Weibo -un servicio similar a Twitter- ya antes del cierre de la Bolsa de Shanghái, que ayer cayó 64,89 puntos; una extraña coincidencia.
Los usuarios se topaban con un mensaje que decía que los resultados no podían mostrarse debido a “normas, regulaciones o políticas relevantes”.
Después de más de dos décadas, lo sucedido sigue siendo tabú en China, aún más este año que el Gobierno se prepara para un traspaso de poder.
El Gobierno considera las protestas una “rebelión contrarrevolucionaria” y ha rechazado haber cometido algún error con la violenta represión y compensar a las familias de los muertos.
Pero pese al bloqueo miles de personas se concentraron ayer en la plaza de Tiananmen para recordar a las víctimas de la brutal represión.
La Policía arrestó a un número indeterminado de activistas y disidentes y puso a otros bajo vigilancia domiciliaria con objeto de evitar cualquier acto de conmemoración del aniversario. Las fuerzas de seguridad detuvieron el domingo a una veintena de personas en la provincia suroriental de Fujian, mientras que cientos de activistas y peticionarios que llegaron a Pekín desde otras partes del país para intentar hacer valer sus causas en estas fechas fueron interceptados y devueltos a sus lugares de origen.
Las autoridades restringieron los movimientos de decenas de disidentes y abogados en la capital y otras ciudades y les advirtieron que no hablen con periodistas ni organicen actos de recuerdo, denunció el grupo de defensa de derechos humanos Chinese Human Rights Defenders.
Estados Unidos urgió el domingo a China a liberar a todos los presos que permanecen encarcelados en relación con las protestas de Tiananmen –se estima que son una docena- y hacer pública la lista de todos los que murieron, fueron detenidos o siguen desaparecidos.
En respuesta, China manifestó ayer su “fuerte descontento y firme oposición” por lo que considera “injerencia” en sus asuntos internos y “acusaciones sin fundamento”