El planeta celebra la llegada del 2012
Sídney/Nueva York/Londres.-
El mundo dio la bienvenida al 2012 con espectaculares y a la vez tradicionales eventos pirotécnicos que empezaron en Oceanía, Asia, África y se extendieron hasta Europa y a las Américas.
Los habitantes de los pequeños estados insulares de Samoa y Kiribati y del territorio neozelandés de Tokelau fueron los primeros en dar la bienvenida al 2012, seguidos de otros países del Pacífico, como Nueva Zelanda y Australia.
En Samoa y Tokelau ocurrió un hecho muy particular. Ambas islas del Pacífico Sur adelantaron su calendario al llegar la medianoche del jueves 29 de diciembre y pasaron directamente al sábado 31 de diciembre, como parte de una medida adoptada por razones comerciales.
Es así como en Samoa sus 180.000 habitantes empezaron a vivir en el Año Nuevo a las 10:00 GMT. Miles de residentes y turistas despidieron el 2011 en Apia, la capital de Samoa, tras asistir durante el día a las celebraciones que se organizaron para festejar el cambio que coloca al país entre los primeros que reciben el Año Nuevo.
A unos 2.300 kilómetros al noreste de Apia o a unas tres horas de vuelo, también llegó el 2012 para los cerca de 5.000 habitantes de Navidad (Christmas o Kiritimati) y para el resto de la población de las islas del Estado de Kiribati.
El Año Nuevo también arrancó en el territorio neozelandés de Tokelau, formado por un grupo de atolones que ocupan una superficie de 10 kilómetros cuadrados y habitado por unas 1.400 personas, que se unió a la iniciativa samoana.
A ellos se sumaron la pequeña nación de Niue, Islas Salomón, el reino de Tonga y Nueva Zelanda, que despidieron el 2011. En Auckland, la mayor ciudad de Nueva Zelanda, a medianoche se encendió la mecha del espectáculo de fuegos artificiales de cinco minutos de duración preparado para recibir el Año Nuevo. Pero en Wellington, la capital, y en otras ciudades neozelandesas, las autoridades cancelaron los festejos debido a la copiosa lluvia.
En Christchurch unas 3.500 personas se dieron cita en Hagley Park rompiendo así con la tradición de festejar el nuevo año en la plaza de la Catedral, acordonada por obras a raíz de la destrucción que causó el seísmo del pasado febrero.
Antes de que anocheciera y cuando se ultimaban los preparativos del tradicional espectáculo pirotécnico, en la ciudad australiana de Sídney, varios miles de personas se congregaron en los alrededores del emblemático edificio de la Casa de la Opera para celebrar la llegada del año (a las 13.00 GMT).
Las autoridades estimaron que hasta 1,5 millones de personas se dieron cita en los muelles y calles de la ciudad australiana para celebrar al raso la llegada del Año Nuevo y observar el cielo iluminado de Sídney.
Fue un grandioso espectáculo de 12 minutos de fuegos artificiales en la bahía de Sídney que se llenó de gente horas antes de medianoche, pese a un calor soporífero, y todos dejaron estallar su alegría con el paso del año. “Cada año nos aseguramos que nuestra celebración sea mayor y mejor que la del año anterior”, expresó el alcalde de la mayor ciudad australiana, Clover Moore.
Europa cerró su “annus horribilis”, marcado por la puesta en entredicho de la moneda común, que hoy cumple diez años en circulación, y la amenaza de una recesión, sin el convencimiento de que el nuevo año vaya a ser mucho mejor.
Los festejos europeos se iniciaron en Rusia, con un castillo de fuegos artificiales en la plaza Roja de Moscú y un gran espectáculo retro con música de los años 1970-1990, transmitido en pantalla gigante, recordando las fiestas de Año Nuevo que se celebraban en el pasado en la plaza Lubianka, frente a las oficinas de la KGB.
En París, decenas de miles de personas, muchas de ellos turistas, esperaron el año en los Campos Elíseos y al pie de la Torre Eiffel para celebrar el paso al 2012.
Mientras tanto, la emblemática plaza neoyorquina de Times Square, donde cada año se concentran miles de personas, dio también la bienvenida al 2012.
La tradicional bola de cristal iluminada descendió ayer al mediodía el mástil de 24 metros instalado en lo más alto del edificio Uno de Times Square, el que fuera durante décadas sede del reputado diario The New York Times y por el cual recibió su nombre la plaza neoyorquina.
A las 23:59 hora local, se esperaba que la esfera realice el recorrido en sesenta segundos, como ha venido haciendo desde 1907, cuando se dio comienzo a esta peculiar tradición.
La famosa esfera multicolor, que pesa más de cinco toneladas, está compuesta por 2.688 triángulos de cristal diseñados por la firma Waterford Crystal, que incluyó este año un nuevo diseño para 288 de esos cristales bajo el nombre de “Let There Be Friendship” (Que haya amistad, en español), con un grabado de personas de la mano alrededor del mundo.
Las autoridades de esta ciudad también llevaron a cabo elevadas medidas de seguridad que caracterizan cada año estas celebraciones en el corazón de Manhattan.
Las inmediaciones de la plaza han sido acordonadas por vallas de seguridad y la policía neoyorquina desplegó un total de 1.500 de sus agentes para vigilar la zona, aunque el jefe de la policía, Raymond Kelly, garantizó, previamente, que no había amenazas creíbles.
En Sudamérica, por ejemplo en Brasil, alrededor de dos millones de personas vestidas de blanco tenían previsto ir a la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, par ver fuegos artificiales y lanzar al mar rosas y gladiolos blancos, rojos o amarillos, en ofrenda a Yemanyá, la diosa del mar de un rito afro-brasileño, para que se cumplan los deseos de paz, amor y dinero.