Las Vegas.-

Cerca de las 22:45 del domingo, un hombre abrió fuego desde el piso 32 del hotel Mandalay Bay contra más de 22.000 personas que asistían a un festival de música country en Las Vegas. Este tiroteo, que es calificado como el más mortal de Estados Unidos, registró -hasta el cierre de esta edición- a 58 muertos y 515 heridos.

La ola de disparos generó tal grado de pánico que complicó la evacuación de los asistentes mientras que la policía metropolitana se apresuraba a localizar al atacante.
Corianne Langdon, de 58 años, quien se desempeña hace más de 6 años como taxista, detalla al diario The Washington Post que estaba en el lugar junto con 7 conductores cuando comenzó el tiroteo. “Cientos de personas huían del concierto. Una pareja entró al taxi y luego otras 4 más rogaron por ingresar. Finalmente tenía a gente colgando de mis ventanas clamando por ayuda”.

Robert Hayes, un bombero de Los Ángeles que asistió al recital, indica que las mesas y vallas de metal usadas para controlar a las multitudes se convirtieron en camillas improvisadas, para socorrer a las víctimas. “Probablemente declaré muertas de 15 a 20 personas”, cuenta a Fox News. “Era como una escena de guerra”.

Hayes agrega que el pistolero “no era tan bueno con las armas” por cómo se produjo la masacre.

Vanessa y Philip Dyer llegaron desde de Lowestoft, Inglaterra para casarse el domingo en Las Vegas. Ellos estaban celebrando cuando el caos se inició.

“Me volví hacia Philip y dije, eso suena como fuego de ametralladora”, relata Vanessa Dyer y esposo agrega: “Nunca olvidaremos la noche que nos casamos, pero por las razones equivocadas”.

Tras la matanza, el juez Joseph Lombardo, detalla que el cuerpo del pistolero fue hallado sin vida junto a 10 rifles por los oficiales metropolitanos en el piso 32 del Mandalay Bay Resort and Casino. Agrega que posiblemente él se quitó la vida.

La policía cree que Stephen Paddock, de 64 años, residente millonario local, era un “lobo solitario”. Sin embargo,  aún no determinan qué lo motivó para llevar a cabo esta desgracia.

De acuerdo con los parientes, Paddock era un hombre tranquilo. “Era piloto y poseía 2 aviones. A menudo iba a Las Vegas a ver conciertos”.

Eric Paddock dice que su hermano “no tenía afiliación religiosa, ni política, tampoco antecedentes de enfermedad mental. No era un tipo ávido de (usar) una pistola o cualquier tipo de armas”.

La mortandad que causó el domingo en Las Vegas sobrepasó el número de 49 cuerpos registrados en junio de 2016 en el club gay Pulse de Orlando (Florida). El autor de este ataque, un estadounidense de origen afgano, tenía afinidad con el Estado Islámico (EI), según las últimas indagaciones.

El Estado Islámico reclama autoría y el FBI lo desmiente

El EI se adjudicó  la responsabilidad del tiroteo en Las Vegas. Según el grupo terrorista, el atacante, Stephen Paddock, se convirtió al Islam hace pocos meses. Sin embargo, esta versión fue desmentida por el Buró Federal de Investigaciones(FBI, por su sigla en inglés).

De acuerdo con el comunicado de la agencia oficial de noticias yihadista, Amaq: “El ataque de Las Vegas fue ejecutado por un soldado del Estado Islámico y lo llevó a cabo en respuesta a los llamados a apuntar a los estados de la coalición”, en referencia al grupo internacional liderado por Estados Unidos que combate a los yihadistas en Oriente Medio. No obstante, Aaron Rouse, agente del FBI, aclaró que no hay pruebas que demuestren que Paddock, de 64 años, haya tenido contactos con alguna organización internacional ‘terrorista’.

Trump habla a la nación

El presidente Donald Trump se dirigió ayer a la nación y calificó lo ocurrido como “un acto de pura maldad”. Sin embargo, el republicano no mencionó a Paddock ni hizo referencia del Estado Islámico en este ataque.

El Mandatario manifestó que viajará mañana a Las Vegas para reunirse con las víctimas y sus familiares. Asimismo,  verificará los avances de las investigaciones.
Mientras que ayer la Casa Blanca dijo que es “prematuro” iniciar un debate sobre control de armas, pese a los eventos del domingo. (I)

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Los conciertos son un blanco frecuente de los ataques terroristas

Al disparar en un concierto de música country, el atacante de Las Vegas eligió como blanco uno de los segmentos más conservadores de la cultura de Estados Unidos, donde las armas son más bien un tema de celebración.

En este caso, el atentado ocurrió en un concierto del cantante Jason Aldean, que encabeza los rankings y cuyas canciones hablan de los valores y los reclamos de la clase trabajadora de Estados Unidos.

Este tiroteo se produce cuando las medidas de seguridad de los conciertos en vivo se intensificaron, luego de ser elegidos como el blanco favorito de los terroristas.

En mayo, en el norte de Inglaterra, una bomba estalló en un recital de la cantante estadounidense Ariana Grande en Manchester, matando a 22 personas; en noviembre de 2015,  islamistas abrieron fuego en un concierto de rock en París como parte de incursiones extremistas que dejaron 130 muertos. En ambos casos, el Estado Islámico reclamó el crédito por las acciones.

Pero no solo América y Europa caen bajo la óptica del terror, en Manila (en junio), un filipino de 42 años llegó armado con un rifle y una botella con gasolina, luego irrumpió en un casino y empezó un fuego, causando la muerte de 37 personas. La policía dijo que el ataque estaba motivado por deudas de juego.

Aunque el Estado Islámico también reclamó esta responsabilidad, la policía negó esta versión. (I)