El PC impulsa modelo económico de Cuba
La Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba (PCC) acordó impulsar y exigir el cumplimiento de los lineamientos del VI Congreso, foro que en abril último fijó las estrategias para actualizar el modelo económico de la isla.
En la reunión, celebrada el fin de semana en el Palacio de las Convenciones de La Habana, más de 800 delegados de todo el país respaldaron el centralismo democrático y la dirección colectiva como principios rectores de la unidad y la vinculación con las masas.
Los diarios de circulación nacional divulgaron el texto del acuerdo dirigido al perfeccionamiento del partido en la actual coyuntura y en los próximos años, de cara al objetivo fundamental de garantizar la “indestructible unión con el pueblo y la continuidad e irreversibilidad de nuestro socialismo”.
Otros puntos aprobados en el encuentro, que sesionó en cuatro comisiones, fueron el fortalecimiento de los vínculos con las organizaciones de la sociedad, y de la lucha contra la corrupción y las ilegalidades, así como el rechazo a prejuicios y conductas discriminatorias por motivo de raza, sexo o creencias religiosas.
La Conferencia del PCC autorizó a su Comité Central a reemplazar hasta al 20% de sus miembros en cuatro años, lo que puede permitir que militantes más jóvenes sustituyan a dirigentes históricos.
El Comité Central está formado actualmente por 114 miembros, algunos de los cuales son figuras históricas que rondan los 80 años, que no tienen cargos importantes en la organización ni el gobierno.
A partir de los dictámenes de la Conferencia, los comunistas cubanos facultaron al Comité Central del Partido para que en correspondencia con los objetivos de trabajo trazados, decida las modificaciones que estime pertinentes a los estatutos.
A propósito de los debates previos a la Conferencia, el primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, los calificó de profundamente democráticos. En su intervención para clausurar el encuentro, Castro defendió la existencia de un partido único, el cual consideró garantía de unidad y soberanía.
“Renunciar al principio de un solo partido equivaldría a legalizar los partidos del imperialismo en suelo patrio y sacrificar el arma estratégica de la unidad de los cubanos, que ha hecho realidad los sueños de independencia y justicia social”, apuntó.
Castro también reiteró la denuncia de Cuba de las campañas en su contra instigadas desde Estados Unidos. “Las campañas anticubanas no harán mella en la Revolución ni en el pueblo, que continuarán perfeccionando su socialismo”, afirmó.