"El Papa no está preocupado por la gobernabilidad en Argentina"
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, aseguró este sábado que el papa Francisco respaldó su proyecto de debatir el tema de la deuda y los fondos especulativos en la ONU, durante un almuerzo privado que ambos celebraron en el Vaticano.
"El Papa se mostró muy contento" con el hecho de que Argentina actuara como "disparador" para que se debata en la ONU el tema de la reestructuración de la deuda y de los fondos especulativos, aseguró a la prensa Fernández al término de un encuentro de cerca tres horas con Francisco.
"Me recibió con la calidez de siempre", recalcó Fernández en declaraciones desde el aeropuerto Ciampino de Roma, poco antes de embarcarse en el avión presidencial con rumbo Nueva York, donde hablará el miércoles ante la asamblea de Naciones Unidas.
En un gesto inusual, el pontífice argentino invitó hace diez días a Fernández, de 61 años, a almorzar en su sobria residencia vaticana, Casa Santa Marta, en un momento delicado para su país, asfixiado por problemas financieros y en plena guerra contra los llamados fondos buitres.
Fernández hablará el miércoles en la asamblea general, tras lograr el apoyo en la ONU de 124 países a la iniciativa de regular los procesos de reestructuración de la deuda, aunque la mayoría de las potencias, entre ellas Estados Unidos, votaron en contra o se abstuvieron.
"Hay un consenso internacional en esto, fue un hito", comentó la mandataria a la prensa.
La presidenta aseguró también que "el papa no está preocupado por la gobernalibilidad" en su país, como aseguró recientemente el padre Guillermo Karcher, uno de los religiosos más cercanos al pontífice.
La presidenta llegó hacia las 12:30 locales (10:30 GMT) al Vaticano rigurosamente vestida de negro y con sombrero del mismo color pese al calor asfixiante que reina en Roma, donde fue recibida por el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein.
Antes del almuerzo, la mandataria cumplió con la tradición de intercambiar regalos con el papa y presentó a la comitiva que la acompaña formada por unas 30 personas.
Fernández le obsequió al papa, entre los numerosos regalos que llevó, dos óleos, uno con un retrato moderno de Francisco a la "Andy Warhol", dijo, y otro de Eva Perón.
Igualmente le entregó una copia de la ley que aprobó el Congreso el pasado miércoles y que declara de interés nacional la Red Mundial de Escuelas para el Encuentro-Scholas, una iniciativa impulsada por el entonces cardenal Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco.
La invitación papal pocos días antes de la cita en la ONU ha sido interpretada como un gesto de respaldo de Francisco al combate de Kirchner contra los fondos buitres.
El Papa suele usar más los gestos que las palabras, por lo que algunos observadores estiman que se trata de un mensaje de apoyo.
Ningún comunicado oficial sobre la visita fue divulgado por el Vaticano, que considera el encuentro exclusivamente de carácter privado, según explicó padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano.
El Papa mantuvo una actitud abierta hacia la presidenta peronista, la misma que ha tenido desde que fue elegido pontífice en marzo del 2013, pese a las fricciones del pasado, cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Se trata del tercer almuerzo a solas entre el papa y Fernández, lo que la convierta en la mandataria que más audiencias ha tenido con el jefe de la Iglesia católica.
El embajador de Argentina ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, que acompañó a la presidenta, destacó la "consonancia" entre las posturas de ambos líderes respecto a las injusticias en el funcionamiento del sistema financiero internacional.
El Papa recordó además a la mandataria, según contó ella, que siempre ha condenado las desigualdades sociales y citó algunos capítulos de su primera exhortación apostólica "Evangelii gaudium", en la que rechaza la economía de la exclusión y la inequidad, "una economía que mata", escribió.