El papa anima a los médicos a tener presente a Cristo en su trabajo diario
El papa Francisco destacó hoy la labor "de gran valor" que realizan los médicos y profesionales sanitarios de todo el mundo en la investigación de tratamientos y les instó a tener siempre presente a Jesús, pues sólo él "da sentido al sufrimiento de los inocentes".
"Sólo Cristo da sentido a la indecencia del dolor del inocente. A él, que fue crucificado y después resucitado, podéis tenerle presente en el cumplimiento diario de vuestro trabajo como médicos", dijo el pontífice durante la audiencia que mantuvo con los miembros del Congreso de Oncología Quirúrgica de la Universidad de La Sapienza de Roma.
El papa felicitó a los miembros del Congreso de Oncología por salvar las vidas de personas enfermas de cáncer y reconoció su papel "de gran valor" para trabajar en la investigación de una cura para esta enfermedad.
"Las investigaciones científicas han multiplicado las posibilidades de prevención y tratamiento de esta y otras patologías. También vosotros tenéis un compromiso de gran valor, pues trabajáis para dar respuesta a las expectativas y las esperanzas de muchos pacientes en todo el mundo", sostuvo.
Respecto a las dolencias y enfermedades que afectan a los seres humanos, el papa recordó que éstos fueron creados "a imagen y semejanza de Dios" y son, por ello, "una unidad de cuerpo y espíritu".
"Estos dos elementos se pueden distinguir, pero no separar, porque la persona es una sola. Así que, incluso la enfermedad, la experiencia del dolor y el sufrimiento, no sólo afectan al cuerpo, sino al hombre en su totalidad", destacó.
Por eso, porque al ser humano "es necesario verlo como un todo", es importante, puntualizó, que los profesionales sanitarios ofrezcan al enfermo "atención médica, pero también apoyo psicológico y social".
En este sentido, Francisco citó las palabras pronunciadas en 1985 por el papa Juan Pablo II, que será canonizado el 27 de abril: "Es esencial que los trabajadores sanitarios sean guiados por una visión integralmente humana de la enfermedad y que se acerquen al enfermo que sufre con una actitud de humanidad".
Esta relación con los enfermos acerca a las personas, a juicio del pontífice, a "la verdadera belleza de la vida humana, que incluye también su fragilidad", para que el hombre pueda "reconocer la dignidad y el valor de cada ser humano, sea cual sea su condición, desde su nacimiento hasta su muerte".
Francisco recordó que mañana, Domingo de Ramos, comienza la Semana Santa, la celebración cristiana que conmemora la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús de Nazaret.
"Al pie de la cruz de Jesús estaba María, la Madre de los Dolores. Ella es la madre de toda la humanidad y siempre está cerca de sus hijos enfermos y débiles. Si nuestra fe vacila, la suya nunca lo hace", aseguró.