Las fuertes lluvias volvieron a provocar ayer inundaciones en el noreste de Estados Unidos, cuyo suelo está saturado por el paso del huracán Irene hace una semana y donde las autoridades ordenaron la evacuación de más de 100.000 personas e informaron de tres muertes no confirmadas.

El Servicio Meteorológico Nacional estadounidense lanzó una advertencia de crecidas súbitas en varios condados de Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania, en tanto en Binghamton, las autoridades de Nueva York ordenaron la salida obligatoria de esa localidad.

“La advertencia de riadas indica que las inundaciones son inminentes o están por ocurrir. Si se encuentra en el área de advertencia acuda a zonas más altas inmediatamente”, aconsejó el Servicio Meteorológico en un aviso emitido ayer temprano.

Las lluvias son el remanente de Lee, un sistema de tormentas que azotó el domingo la zona del Golfo de México, que generaron fuertes vientos que alimentaron los devastadores incendios en Texas  y provocaron  torrenciales lluvias en la región del noreste de Estados Unidos, ya afectada por el paso de Irene. AFP