Las regiones de Tumbes y Piura soportaron durante la madrugada del  miércoles la peor de las lluvias provocadas, hasta el momento, por el fenómeno El Niño Costero que causa devastación y dolor en  Perú.

Las imparables precipitaciones, ensordecedores truenos y potentes rayos, configuraron una espectacular y aterradora tormenta con la misma fuerza destructiva de los eventos climáticos registrados durante 1925, 1983 y 1998, evocó el exministro de Industrias y economista, Guido Pennano.  

Y es que el Niño Costero ya amenaza la economía de Perú. Las avalanchas han bloqueado carreteras, derrumbado puentes y afectado la principal vía férrea del país. ¿Por dónde viajará la producción minera para exportación y los alimentos? El agro está siendo golpeado, los víveres escasean y sus precios suben.

Sin hogar y sin agua potable

El Niño Costero, calienta las aguas del Pacífico frente a Perú, lo que genera mayor evaporación y desata fuertes lluvias en los Andes. Estas bajan con fuerza convertidas en huaicos -avalanchas de lodo y piedras- destruyendo todo a su paso.

Desde enero a la fecha, han causado al menos 79 muertos, más de 100.000 damnificados y otros 600.000 afectados. Además, 145.821 viviendas semidestruidas y más de 15.000 hectáreas de cultivos devastadas, según el último reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN).

Más de 810 ciudades y pueblos fueron declarados en estado de emergencia y en el norte del país  900 escuelas quedaron deshechas.

Al menos 33.000 niños perdieron sus hogares y otros 248.000 son afectados por las intensas lluvias, advirtió la organización no gubernamental Save the Children, que enfatiza que esta calamitosa situación podría agravarse por el riesgo de epidemias si el temporal continúa hasta fines de abril.

En Lima hay distritos que llevan cuatro días sin suministro de agua potable, ya que la caída de aludes sobre el río Rímac, principal fuente de abastecimiento del líquido para la capital, impide el procesamiento y potabilización del recurso.

En 1982-1983, las inundaciones y, sobre todo, las epidemias a causa de El Niño dejaron 9.000 muertos en Perú y el PIB cayó 11,6%. En 1997-1998 se registraron 500 muertes y una contracción del PIB de 6,2%.

“El impacto de este fenómeno en la producción es similar al que afectó a Perú en 1983: ese año se cayó el PIB, fue negativo. La agricultura del norte resultó golpeada, la agroexportación, la minería, pesca sufrieron. Esos son los tres sectores que más impulsan la actividad productiva del país”, explica Pennano.

Perú, que crece mejor que sus vecinos, redujo sus expectativas de expansión del PIB a 3,8% para 2017, tras los efectos del caso Odebrecht, empresa que deberá dejar importantes proyectos de infraestructura tras aceptar que pagó sobornos a funcionarios a cambio de licitaciones. El país creció en el 3,9% en 2016, frente al 3,3% en 2015.

Golpe a exportaciones y los precios de los víveres suben

Perú es el segundo mayor productor mundial de plata, tercero de cobre y quinto de oro. En 2016 sus exportaciones crecieron en el 7,6%, el mejor de la región, con $ 1.730 millones de superávit en su balanza comercial. Hoy tiene cortadas vías y puentes además de los rieles del ferrocarril central, por donde baja la producción minera a sus puertos para enviarse al exterior.

Es, además, el mayor productor mundial de harina de pescado y el sobrecalentamiento de la temperatura del mar puede ahuyentar a algunas especies. A ello se suma que su importante producción agrícola para exportación está en el norte, la zona más golpeada.

“El ferrocarril central ha sufrido daños importantes en su infraestructura y nos va a tomar tiempo reparar (las vías)”, reconoció el ministro de Energía y Minas, Gonzalo Tamayo.

El primer canal por donde El Niño Costero golpea la economía es la elevación de precios, especialmente de alimentos. Pasó con los limones, producto esencial en la cocina popular peruana. El retraso en su llegada a los mercados los disparó del equivalente de $ 1 a más de $ 8 el kilo, aunque días después el precio se desplomó.

El segundo canal viene porque va a reducir la producción agrícola, minera, pesquera, industrial en general. Y de coletazo va a afectar las exportaciones, al haberse interrumpido las líneas férreas y terrestres, explicó el exministro de Economía, Jorge González Izquierdo.

La reconstrucción

Para algunos especialistas, tras el golpe por los desastres naturales, viene un efecto rebote, por la generación de empleo y mano de obra para la reconstrucción de infraestructura. Pero, para el exministro González, no es tan fácil plantearlo de esa forma.

“Levantar todo de nuevo compensa el daño. Es como cuando te enfermas y te dan antibióticos, vuelves a tu estado normal. Lo que aquí se hace es recuperar lo perdido: se rompe una carretera y se reconstruye. Pero no es que tengas dos carreteras, es la misma”, explica González.

Para él, si El Niño Costero se tranquiliza y no sigue en abril, el impacto podría costarle 0,3 puntos del PIB en crecimiento. Pero, si continúa, podría ser mayor. (I)

Residentes de un populoso distrito de la ciudad de Trujillo, al norte de Lima, hacen cola para abastecerse de agua potable de un camión cisterna municipal. Foto: AFP