Los argentinos tienen una cualidad inigualable: todos se sienten ganadores. Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo no fueron la excepción. ¿Perdió Cristina Fernández de Kirchner? ¿O salió indemne por tener el mayor caudal de votos a nivel nacional? ¿La oposición fue la gran triunfadora? Y en ese caso, ¿cuál oposición? ¿La de centroderecha del jefe de gobierno porteño Mauricio Macri que perdió en su propio feudo? ¿La de centroizquierda que triunfó en Santa Fe, el segundo distrito electoral, e hizo una gran elección en la capital pero se diluye en el resto del país?  ¿O el gran triunfador fue el exjefe de gabinete kirchnerista, Sergio Massa, cuyo Frente Renovador peronista le sacó cinco puntos de ventaja al oficialista Martín Insaurralde en la estratégica provincia de Buenos Aires, pero sin tener mayor peso en otros distritos?

Estas elecciones no definieron aún nada en el panorama electoral argentino. Fueron internas que en algunos casos determinaron listas para las verdaderas elecciones, las legislativas del 27 de octubre próximo. La  mayoría de los partidos presentó una lista única. Cada elector eligió en qué interna participar. Ahora solo podrán presentarse a los comicios los partidos o alianzas que lograron el piso del 1,5%  de los votos.

El kirchnerismo obtuvo un 26% de los votos a nivel nacional y fue la única fuerza que disputó en todos los distritosEn concreto, estas elecciones fueron una gran encuesta a cielo abierto. Pero nadie garantiza que quien eligió votar en determinada interna este domingo repita su voto en las legislativas. Aunque sea lo más esperado. Otra pregunta que es válida hacerse es con qué elección debe compararse esta interna. ¿Con las presidenciales de  2011 cuando Cristina Kirchner fue reelegida con un 54%? ¿O con las legislativas de  2009 cuando el gobierno obtuvo el 30% y el fallecido exmandatario Néstor Kirchner fue derrotado en la provincia de Buenos Aires?

Este domingo el “kirchnerismo”, con su Frente para la Victoria (FpV), reunió en promedio el 26,31% de los votos a nivel nacional (27% para senadores y 24% para diputados) y fue la única fuerza que compitió en todos los distritos. Mientras que el opositor Frente Renovador obtuvo  13,54%.

FpV ganó en 8 provincias y perdió en 14, entre estas las cuatro que concentran los mayores electores, como las de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba y la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, estos guarismos –de repetirse en octubre- le servirían para mantener sus bancas en el Congreso (incluso ganar una en Diputados y en el peor de los casos perder solo una en Senadores) ya que la mayoría de las bancas que renueva son las que obtuvo en 2011, cuando sus guarismos fueron similares.

Podrán presentarse a comicios los partidos o alianzas que lograron un piso del 1,5% de los votosLa oposición alude a este análisis como el “relato kirchnerista” e insiste en señalar que tres de cuatro argentinos le dijeron “No” al gobierno nacional. Este análisis viene incluso de las huestes del jefe comunal porteño Mauricio Macri, cuya derechista Propuesta Republicana (PRO) gobierna Buenos Aires. Allí su lista fue la segunda más votada con un promedio del 30%. Siguiendo esta línea de pensamiento, siete de cada 10 porteños le dijeron “No” a Macri.  

La alianza de centroizquierda UNEN (que agrupa a varios partidos y cuya máxima referente es la diputada Elisa “Lilita Carrió”) ganó en la capital ya que sus tres listas sumadas superaron por cinco puntos al PRO. Además, su aliado socialista Hermes Binner triunfó en Santa Fe.

Pero a nivel nacional no logra hacer pie. La centenaria Unión Cívica Radical (UCR) obtuvo triunfos importantes, como en la provincia de Mendoza y otros distritos. Carrió, el socialismo y la UCR vienen coqueteando con un frente de centroizquierda para las presidenciales de 2015. Sumando sus listas, triunfaron en ocho provincias y acechan junto con sus votos al Frente para la Victoria.

En contra le juega un hecho irrefutable: son los mismos que conformaron la Alianza que llevó al poder al expresidente radical Fernando de la Rúa, que renunció a los dos años de asumir en medio de la peor crisis económica y social de la historia del país, en 2001.

¿Y el peronismo opositor? Sin dudas el exjefe de gabinete kirchnerista y actual alcalde de la localidad bonaerense de Tigre, Sergio Massa,  se posicionó a nivel nacional tras sacarle cinco puntos (35,5 a 29,65) al kirchnerista Insaurralde. Otros caudillos peronistas opositores vencieron en sus distritos.  

Pero Massa carece hoy de un armado nacional, aunque su discurso busca aglutinar a todas las fuerzas opositoras del peronismo en un proyecto que, en estas primarias, incluyó a la derechista PRO. Para ello, busca amalgamar un discurso “light”, de “unidad en la diversidad” y el respeto mutuo.  Pero primero deberá aplacar el ánimo de su esposa, Malena Galmarini.

Hace una semana, en los pasillos de un canal de TV, se encontró con el gobernador kirchnerista bonaerense, Daniel Scioli. La irascible Malena le espetó en la cara: “con vos todo mal, pedazo de forro”, un insulto bien argentino que alude a un preservativo.

EL OFICIALISMO MANTENDRÍA SU QUÓRUM

Si los resultados de las elecciones primarias, simultáneas, abiertas y obligatorias (PASO) de ayer se mantienen hasta octubre, el Frente para la Victoria (FpV) ampliará su bloque en la Cámara de Diputados y perdería algunas bancas en el Senado, destaca el diario oficialista Tiempo Argentino.

De los 127 escaños que se renuevan en la Cámara Baja, el FpV pone en juego 37 de su propio bloque. De repetir los resultados de ayer el 27 de octubre, lograría mantener las bancas que pone en juego y sumar dos más, lo que le permitiría llegar a las 117 bancas propias sin contar los aliados. Con los siete aliados que renovarían sus bancas (3 del Movimiento Popular Neuquino, 3 del Frente Cívico de Santiago del Estero y 1 del Frente Renovador de Misiones), sumaría 46 y estaría en condiciones de mantener el quórum.

En tanto, de las 24 bancas que se renovarán en la Cámara Alta, el kirchnerismo pone en juego 12 y estaría obteniendo 10, por lo que perdería dos plazas. La Cámara Baja renueva las bancas obtenidas en 2009, cuando el FpV no tuvo una buena elección y los escaños que se cambian en el Senado son los elegidos en 2007 cuando el FpV arrasó en  los comicios.

CAVALLO QUEDA FUERA DE LAS LEGISLATIVAS

Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) se realizaron por segunda vez en Argentina. La primera fue en 2011 cuando Cristina Fernández recibió una andanada de votos, superando el 50%, lo que preanunció el contundente triunfo que lograría meses después con una reelección alcanzada con el 54% de los votos.

Este domingo le tocó el turno a las primeras internas previas a las elecciones legislativas. Unos comicios que suelen ser siempre difíciles para cualquier oficialismo, ya que los electores deciden marcar agenda en distintos temas o mostrar sus diferencias –profundas o no- con el gobierno.

Estas primarias sirvieron para dirimir internas en algunos pocos partidos o coaliciones. El caso más emblemático ocurrió en la ciudad de Buenos Aires, donde la coalición centroizquierdista UNEN llevó cuatro listas distintas y, en la sumatoria, resultó la más votada derrotando en su propio feudo la Propuesta Republicana (PRO) del alcalde Mauricio Macri.

Pero, en la mayoría de los casos, los partidos o alianzas presentaron una lista única, desvirtuando el objetivo de las primarias. En ese caso, estas elecciones se transformaron en un termómetro de la realidad política, una gran encuesta a cielo abierto de lo que sucederá en las elecciones legislativas del 27 de octubre.

Aquellos frentes o alianzas que no llegaron en su distrito al 2,5% del total de votos quedaron afuera de los comicios de octubre. Ese fue el caso del “exsuperministro” de Economía, Domingo Cavallo, el ideólogo del neoliberalismo que gobernó el país en los años 90 y que quiso volver al ruedo desde una rama del peronismo opositor de la provincia de Córdoba, centro del país.