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El gran aliado de Rousseff decide su futuro

El vicepresidente Michel Temer no ha expresado su opinión sobre el gobierno de Dilma Rousseff.
El vicepresidente Michel Temer no ha expresado su opinión sobre el gobierno de Dilma Rousseff.
Foto: cortesía
28 de marzo de 2016 - 00:00 - Pablo Giuliano. Corresponsal desde Sao Paulo, Brasil

El Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), del vicepresidente Michel Temer, definirá mañana si retira su apoyo a la mandataria Dilma Rousseff. Ella, junto con su designado jefe de ministros Luiz Inácio Lula da Silva, negocia para evitar la disolución de la alianza electoral que se sostiene desde 2010.

Una muestra de la probable salida del PMDB del gobierno es la expulsión del titular de la Fundación Nacional de la Salud (Funasa), Henrique de Carvalho Pires, quien respondía directamente a Temer.

El gobierno considera al PMDB un partido muy dividido y que ello pesará en favor del ala que quiere seguir dentro del gobierno. La decisión llega en el peor momento entre el gobierno y el aliado PMDB, el gran partido de “centro” de Brasil, que domina las dos cámaras del Congreso y tiene vertientes opositoras y oficialistas.

El PMDB surge del MDB, fuerza que encabezó el proceso de la redemocratización con Tancredo Neves, cuya muerte hizo presidente en 1985, tras la dictadura militar, a José Sarney, uno de los grandes caciques de esa fuerza.

Sarney, aliado de Dilma y Lula, abandonó en 2014 la vocación de aliado. Ahora esta fuerza, con Temer y el empresariado que lo apoya,  puede romper su alianza con el Partido de los Trabajadores (PT) y acelerar el juicio político contra Rousseff.

Como Temer preside el PMDB  encabezará mañana la crucial reunión del directorio del partido para votar si se quedan o no al lado de Rousseff.

El PMDB se ha caracterizado por tener siempre una amplia bancada que se une a todos los gobiernos de turno. Con Rousseff se selló la alianza en 2010 para no caer en las redes del Congreso.

“El PMDB hará lo que la clase política está pensando, que el gobierno de Dilma no tiene salvación y que seguir apoyando es subirse a una canoa agujereada. El partido está por conveniencia, no está comprometido, históricamente acuerdan con cualquier gobierno desde que tengan cargos, pero si deciden salir, acelerará el juicio político”, dijo Claudio Couto, cientista político de la Universidad de Sao Paulo (USP) y profesor de la Fundación Getulio Vargas.

El PMDB ostenta siete ministerios en el gobierno, pero muchos titulares de carteras no quieren seguir la línea del partido para salir del gobierno, como Katia Abreu, la titular de Agricultura. O el de Ciencia y Tecnología, Celso Pansera. “El PMDB vino hasta acá con el gobierno, sería irresponsable vaciar los ministerios tan importantes como Salud, Agricultura o Minas y Energía”, dijo la primera, quien también es consejera de Dilma y enemiga de los movimientos sociales, lo cual explica el pragmatismo y las contradicciones en el gabinete de coalición.

En caso de una destitución de Rousseff, el PMDB se quedaría con el control total del país, con Temer de presidente y en la línea de sucesión Eduardo Cunha, titular de Diputados, además de Renán Calheiros, que lidera el Senado.

Cunha, un ultraconservador del bloque evangelista, es abiertamente opositor a Rousseff, al punto de que por venganza abrió en diciembre el juicio político. Es además el político con fueros más acusado en el escándalo de Petrobras, procesado por tener cuentas no declaradas en el exterior en las que habría recibido millones de dólares.

Por su parte, Calheiros, de buen diálogo con Lula da Silva, se niega a salir del gobierno al considerar que el juicio político no tiene asidero. Pero el legislador ha avisado que en caso de que se apruebe el proceso en la Cámara de Diputados, ve muy difícil una votación en contra de la destitución en el Senado.

El gobierno necesitará en abril al menos 172 votos en la Cámara de Diputados para evitar el juicio político. Sin el PMDB, será imposible alcanzar esa cifra. “En diciembre el gobierno contabilizaba 199 votos; sin el PMDB tal vez estos votos sean de abstenciones y es difícil que le alcance”, calculó el analista Couto.

Temer decidió el año pasado que en 2018 la fuerza iba a tener candidato propio por primera vez en los últimos 20 años.

Es del PMDB Paulo Skaf, el titular de la poderosa Federación de Industrias de Sao Paulo (Fiesp), sostén de los manifestantes opositores, pero también lo es el exgobernador de Paraná y senador Roberto Requiao, un nacionalista de izquierda que era uno de los hombres de confianza en Brasil del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.

La oposición estaría negociando con el PMDB un gobierno de transición pos-Rousseff, según reveló el senador José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña, lo cual fue negado por el vicepresidente Temer. (I)

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