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En venezuela hay malestar por declaración de presidente electo

El FpV hará oposición constructiva a Macri

El candidato presidencial del FpV, Daniel Scioli, junto a su esposa, Karina Rabolini, después de admitir su derrota en las elecciones. AFP
El candidato presidencial del FpV, Daniel Scioli, junto a su esposa, Karina Rabolini, después de admitir su derrota en las elecciones. AFP
25 de noviembre de 2015 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Argentina

El giro a la derecha que acaba de dar Argentina obligará al “kirchnerismo” a someterse a una autocrítica, más allá de la exigua diferencia de 2,8 puntos que lo separó del presidente electo, Mauricio Macri. El triunfo del empresario derechista, inesperado hasta hace solo unos meses, no solo pone al país austral bajo un enorme interrogante de frente al futuro, con el fantasma del neoliberalismo de la década del 90 rondando su cabeza, sino que lleva además a un replanteo ideológico de fuerzas en Sudamérica.

¿Por qué un gobierno que se jactó de haber recuperado y defendido el empleo, rescatado la industria nacional y el rol del Estado como motor de inclusión y desarrollo, desendeudado al país e impulsado valiosas conquistas sociales perdió las elecciones? La respuesta es compleja.

“Viene un tiempo de autocrítica”, aunque la elección fue “más reñida de lo que se creía. No es el fin del mundo, es una etapa, que puede ser dolorosa, pero no es el acabose”, resume el legislador bonaerense y uno de los referentes principales del Movimiento Evita, Fernando ‘Chino’ Navarro.

Agregó: “Se votó en función de formas y cuestiones que se critican, que son atendibles. Me queda la tranquilidad de que las políticas centrales de este gobierno ya no se discuten. El rol del Estado, el trabajo, el consumo, el mercado interno, la asignación universal, YPF (nacionalización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales)”. Otros, como el jefe de gabinete y vencido candidato a gobernador en el bastión peronista de la provincia de Buenos Aires, Aníbal Fernández, a quien muchos atribuyen ser una de las principales caras de la derrota, miran para otro lado: “la autocrítica no la tenemos que hacer nosotros. Salimos casi empatados”.

Algunos prefieren hablar del complejo panorama económico y el desgaste de 12 años de gobierno y responsabilizan a corporaciones y monopolios mediáticos por campañas sucias y golpes de mercado. Pero eso sería solo una manera de esconder bajo la alfombra enormes errores cometidos en estos años. El “voto duro” de Macri fue de solo 25% en las primarias de agosto pasado. El resto que aglutinó a su favor en el balotaje fue voto “antikirchnerista”.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue reelecta en 2011 con el 54% de los votos. “La gente se cansó de una presidenta que te habla por cadena nacional casi todos los días”, señaló el filósofo Juan Pablo Feinman, miembro del colectivo de intelectuales kirchneristas ‘Carta Abierta’.

Horacio González, director de la Biblioteca Nacional y referente del mismo grupo de pensamiento, aceptó que hubo “ingenuidad en la publicidad oficial” que mostró a un “Estado realizador como personaje omnipotente”, relegando “zonas más sutiles, no de tanta literalidad y de tan cargadas liturgias”.

Pero también algunos casos de corrupción fueron minando los enormes logros sociales alcanzados estos años en materia de inclusión social. Dos ministros fueron condenados, uno de ellos -Ricardo Jaime, de Transporte- es confeso ante la justicia. Y el vicepresidente Amado Boudou, también enfrentó problemas judiciales.

Por lo pronto, durante una reunión entre Daniel Scioli, Cristina Fernández y el excandidato a vicepresidente, Carlos Zaninni, se acordó que el Frente para la Victoria hará una oposición constructiva en base a propuestas.

Malestar en Venezuela

El defensor del pueblo venezolano, Tarek William Saab, acusó ayer al recién electo presidente de Argentina, Mauricio Macri, de fomentar la división latinoamericana por órdenes de Estados Unidos.

Durante una rueda de prensa, Saab aseveró que la amenaza del político sobre apelar a la aplicación de la Carta Democrática para expulsar a Venezuela del Mercado Común del Sur (Mercosur) cumple con la intención de Washington de resquebrajar la unidad lograda en América Latina y el Caribe en el siglo XXI.

“Macri carece de argumentos y autoridad para opinar sobre asuntos como la democracia y los derechos humanos en Venezuela”, sostuvo el funcionario.

Consideró, además, que el mandatario electo debe trabajar con todos los países del área geográfica o quedará aislado de la realidad y el avance regional.

Agregó que ni siquiera el más reaccionario de los presidentes de derecha hizo algo para enemistar a los vecinos del continente, como intenta Macri con Venezuela. (I)

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