El FMI pide tomar medidas urgentes para frenar la crisis
El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó ayer a la zona euro a actuar de forma urgente para contener la crisis y alertó de grandes consecuencias globales si los problemas de los periféricos se extienden a países centrales de la región.
Al FMI se sumaron el presidente de EE.UU., Barack Obama y la canciller de Alemania, Angela Merkel. Ambos estiman que es importante resolver la crisis de la deuda en la zona euro para impulsar la economía mundial, informó ayer la presidencia estadounidense tras una conversación telefónica entre ambos líderes.
Sin embargo, Merkel descartó ayer que en la cumbre extraordinaria de líderes de la Eurozona de mañana se vaya a conseguir un resultado espectacular que acabe de una vez con los problemas de la deuda griega. En cambio, subrayó que la solución a la crisis crediticia de Grecia debe alcanzarse a través de un proceso controlado y dominado con múltiples medidas que reduzca la deuda del país y mejore la competitividad de su economía.
En su informe anual sobre la economía de la zona euro, el FMI advirtió que una intensificación de la crisis de la zona euro, sobre todo si la tensión se amplía a la zona central, podría tener grandes consecuencias globales. “Los retrasos en la resolución de las crisis podrían ser costosos para la zona euro y la economía global”, insistió el Fondo.
Para impedir un recrudecimiento de la situación, que amenaza ahora con arrastrar a Italia y España, el Fondo pidió que se implementen plenamente los programas de ajuste en Grecia, Portugal e Irlanda.
Esa implementación debe de ir acompañada de una financiación “adecuada” que respalde, dijo el organismo internacional, la viabilidad de la deuda y soluciones basadas en el sector privado para los problemas bancarios.
El consejo ejecutivo del FMI defendió, por lo demás, tras analizar las conclusiones del informe, que se mantengan las medidas de apoyo monetario todo el tiempo que sea necesario y que se amplíe el capital de los bancos más allá de los requisitos de Basilea III.