El fantasma de una "década perdida" opaca a la Unión Europea
El multimillonario e inversor estadounidense George Soros advirtió del peligro de una "década perdida" para el crecimiento económico de la Unión Europea (UE), en el caso de que la divisa común no resista a la coyuntura financiera actual.
En una entrevista publicada hoy por el diario francés "Le Monde", Soros sostuvo que la "implosión" de la zona euro supondría "una catástrofe para los países que la componen (...) y significaría su entrada en una fase de fuerte recesión".
El multimillonario inversor y filántropo de origen húngaro puso como ejemplo los casos de América Latina y Japón, que vivieron en el pasado períodos sostenidos de decrecimiento económico, y alertó de que "una crisis prolongada del euro acabaría sin duda por destruir a la UE".
"Las próximas semanas, y especialmente las dos próximas, serán determinantes tanto para Grecia como para Italia", indicó, antes de matizar que el país que gobierna Silvio Berlusconi no es insolvente, a pesar de su abultada deuda.
Soros urgió a los gobiernos europeos a hacer frente a la situación actual poniendo más "ardor" en la construcción comunitaria, y se mostró "convencido" de que la creación de euro obligaciones será una realidad.
Por su parte, el Consejo Asesor de Economistas del Gobierno Alemán, los llamados "cinco sabios", consideran que la crisis de la deuda europea representa un riesgo importante para las perspectivas de la economía alemana, pese a que ésta todavía se encuentra en una situación robusta.
Los sabios, en su informe anual presentado hoy, consideran que el año próximo podría haber una contracción de la economía alemana en caso de que la crisis de la deuda en Europa no se controle y termine generando un estancamiento del comercio mundial.
Si la crisis de la deuda logra controlarse, la economía alemana crecerá previsiblemente en 2012 un 0,9 %, tras un 3,0 % en este año.
No obstante, si la crisis de la deuda se descontrola, el PIB alemán crecería sólo un 0,4 % en el caso en que las repercusiones se limitaran a la Eurozona y, si se expandiera a otros países y llevase a un estancamiento del comercio, habría incluso una contracción de la economía alemana.