El Estado Islámico avanza en Siria, llega a las puertas de Hasaké
El grupo Estado Islámico (EI) se encontraba este jueves a las puertas de Hasaké, en el noreste de Siria, pese a los bombardeos de la coalición internacional, que ya ha matado a 10.000 yihadistas en ese país y en Irak.
El EI se encontraba apenas a 500 metros de Hasaké, capital de provincia en manos de las fuerzas del régimen y las tropas kurdas, según la ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
La conquista de esa ciudad le permitiría al EI controlar una segunda capital de provincia en Siria después de Raqa (norte), su bastión en los extensos territorios que domina en el norte y el este del país.
De caer en manos yihadistas, se convertiría en la tercera capital de provincia perdida por el régimen de Damasco, después de Al Qaida y grupos rebeldes le arrebataran Idleb (noroeste).
La batalla por Hasaké comenzó el 30 de mayo y continuaba el jueves en la periferia sur y sureste de la ciudad, limítrofes de barrios apoyados por el régimen.
"Varias familias de esos barrios huyeron hacia los sectores kurdos en el norte y el oeste de la ciudad", afirmó un activista de la provincia, Arin Shekmos.
El diario sirio Al Watan, cercano al régimen, criticó la poca implicación de las fuerzas kurdas en la batalla, y se dijo "sorprendido de la debilidad de ciertos hermanos kurdos" a la hora de defender Hasaké.
En el norte del país, los bombardeos del régimen dejaron 17 civiles muertos en la localidad de Silqin (provincia de Idleb) y 14 - la mitad, niños, y cuatro de ellos, hermanos- en dos localidades de la provincia de Alepo, controlada en su mayoría por los rebeldes.
Las ONG internacionales denuncian el uso de barriles de explosivos por el ejército sirio, que desmiente recurrir a ese arma.
Frente a las críticas sobre la estrategia de la coalición para frenar el avance del EI tras la pérdida de Ramadi, Washington defendió el balance de la campaña de bombardeos iniciada en septiembre de 2014.
El EI controla hoy "un 25% menos de Irak que hace nueve meses" y los bombardeos mataron a 10.000 yihadistas y destruyeron mucho material, aseguró el subsecretario de Estado norteamericano Antony Blinken.
La Casa Blanca anunció el jueves que Abadi y el presidente Barack Obama se reunirán al margen de la cumbre del G7 que tendrá lugar el domingo y el lunes en Alemania. (I)