El espionaje de un ministro sacude la campaña electoral en España
La campaña electoral del derechista Partido Popular (PP) no podía terminar de una forma más lacerante. A escasas 24 horas para que caiga el telón de unos comicios igualados, un nuevo escándalo estalló ayer bajo la mesa de su candidato Mariano Rajoy volviendo a cubrir de sombras la gestión y la intención desarrollada durante su etapa al frente del gobierno de España.
Ahora no se trata de un caso más de corrupción financiera sino de la presunta conspiración urdida por el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, para desprestigiar a varios líderes independentistas de Cataluña pocas semanas antes de celebrarse el referéndum que el Gobierno autónomo organizó en 2014 en contra de la voluntad del Estado. En las grabaciones a las que ha tenido acceso el portal de noticias Público, el actual ministro pide al director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, agilizar cualquier investigación que pudiera destruir la carrera política de destacados líderes independentistas. En otro fragmento de los encuentros celebrados en secreto en su despacho oficial durante octubre de 2014, Fernández Díaz reconoce que su objetivo es “filtrar” a la prensa los datos descubiertos con la intención de fabricar escándalos que desprestigien a dirigentes de los partidos políticos que defiendan el derecho a decidir y el proceso soberanista catalán. Además, el ministro transmite a su interlocutor la sensación de que Mariano Rajoy está al corriente de su trama y está de acuerdo con los planes confabulados en contra de partidos varios políticos independentistas.
Tras conocerse los detalles de este nuevo escándalo trenzado en las cañerías del PP, todos los partidos políticos sin exclusión pidieron la inmediata dimisión de Jorge Fernández Díaz al frente del Ministerio del Interior a quien las críticas no parecen pasarle factura. En un estudiado encuentro con periodistas ni siquiera puso en duda la veracidad de las grabaciones filtradas sino que optó por defenderse acusando a Público de “conspirar” contra el gobierno y contra el PP por revelar los audios a pocos días de la trascendental cita con las urnas. La dimisión, por supuesto, no está entre sus planes.
En similares términos se expresó el candidato de su partido, Mariano Rajoy, que ayer proclamó su total respaldo a Jorge Fernández Díaz. Cuestionado por los motivos de tan firme apoyo a su ministro, el presidente español en funciones aseguró que “hay gente con ganas de organizar un problema donde no lo hay”. Rajoy también insistió en que tanto Jorge Fernández Díaz como el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña han dado explicaciones “claras y contundentes” y ha recordado además que el propio acusado ha ordenado la apertura de “una comisión de investigación”. Lo que olvidó decir el candidato del PP a la presidencia de España es que la orden de indagación dictada por el ministro es para descubrir quién filtró esas comprometedoras grabaciones a Público.
Este escándalo no es el primero que protagoniza Jorge Fernández Díaz. El pasado mes de julio se reunió en secreto en su despacho oficial con el exdirector del FMI, Rodrigo Rato, cuando la justicia había decidido encausarlo por delitos de fraude fiscal y evasión de capitales. El ministro fue obligado a comparecer ante la Comisión de Interior del Congreso para explicar este encuentro y su argumento incendió el Parlamento. “Era mi deber atender a Rato; se reunió conmigo por su seguridad personal”, explicó sin atisbo alguno de arrepentimiento ni propósito de enmienda. Es más, el ministro arremetió contra los que “han hecho especulaciones y han lanzado acusaciones sin fundamento y conjeturas calumniosas”. Es decir, contra toda la oposición que rechazaron su versión y pidieron, como sucede ahora, su dimisión fulminante. Fernández Díaz, un consumado representante del sector derechista más duro del PP y combatiente entusiasta de los nacionalismos vasco y catalán, aprovechó su comparecencia en el Congreso para cargar contra los pactos del PSOE con Podemos, contra Euskadi y, por supuesto, contra los partidos soberanistas catalanes.
Precisamente, Fernández Díaz se presenta a las elecciones del domingo como cabeza de lista del PP por Cataluña. El analista Iñaki Gabilondo calificó ayer al todavía ministro de “corrupto e inútil” y dijo que en cualquier otro país razonable “no merecería recibir ni un solo voto el próximo domingo”. (I)
Iglesias respalda un referéndum en Cataluña
El líder del partido de centroizquierda Podemos, Pablo Iglesias, reivindicó ayer el derecho a decidir y abogó por reconocer el carácter plurinacional que, a su juicio, tiene España para resolver conflictos territoriales como el de Cataluña.
A cuatro días de las elecciones generales, el también candidato a la presidencia del Gobierno español por Unidos Podemos defendió la celebración de un referendo de autodeterminación en Cataluña y acusó a la derecha de exacerbar ese diferendo, según publicó Prensa Latina.
En entrevista con Televisión Española, Iglesias advirtió que no renunciará “a priori” a esa consulta por considerarla la mejor solución, pero se mostró proclive a hablar con todos los partidos políticos sin poner líneas rojas a ese diálogo.
Aludió en concreto al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), cuyo líder, Pedro Sánchez, afirmó el lunes que no apoyará un eventual ejecutivo de Unidos Podemos -tras los comicios del domingo- que fragmente la soberanía nacional.
“Nuestra propuesta es el referéndum, pero estamos dispuestos a conversar sin líneas rojas”, remarcó Iglesias, que concurrirá a las generales del día 26 en coalición con Izquierda Unida (IU).
Según su opinión, no es sensato que los socialistas -partidarios de una reforma constitucional en sentido federal- sigan planteando lo mismo que hace ocho años para afrontar el problema en Cataluña, región del noreste de España inmersa en un proceso secesionista. (I)