Más allá de las disputas que hasta ahora han calentado el ambiente electoral en Colombia, sin duda quien resulte ganador de las elecciones presidenciales de mañana asumirá grandes retos económicos y sociales para gobernar el país.

Son 5 los candidatos que aspiran a ocupar el sillón de la Casa de Nariño, pero el presidente Juan Manuel Santos, quien busca la reelección, y el candidato uribista, Óscar Iván Zuluaga, son ampliamente reconocidos por el mercado y generan tranquilidad entre inversionistas nacionales y extranjeros.

Colombia crece por encima del 4% desde 2010 y se ubica entre los principales países a los que el Fondo Monetario Internacional (FMI) auguró un prometedor crecimiento de 4,5% en 2014.

El país tuvo un Producto Interno Bruto (PIB) de 4,91% al cerrar 2013. La tasa de desempleo en marzo último se ubicó en 9,73%, contra 10,68% del mismo período en 2013, y la inflación se mantiene abajo del 3,0%.

Los avances para reducir la brecha entre ricos y pobres son mínimos. Según cifras oficiales, el índice de desigualdad o coeficiente de Gini (hace la medición según la distribución del ingreso) era de 0,55 en 2008 y pasó a 0,53 en 2012, una mejoría de apenas 0,02 puntos. En cuanto a la pobreza extrema estaba en 22,5% en 2008 y pasó a 17,5% en 2012.

Aunque las condiciones económicas de Colombia son relativamente buenas, el director de Investigaciones Económicas de la corredora de bolsa Correval, Daniel Velandia, dijo a Notimex, que estas cifras no cambiarán con las elecciones presidenciales.  

De ahí, que entre las tareas principales que deberá emprender el futuro gobernante están introducir el país en una etapa de franco desarrollo, además de avanzar hacia un proceso de paz con los grupos guerrilleros.

En otros aspectos, el nuevo inquilino de la Casa de Nariño deberá mejorar la infraestructura de los puertos, las carreteras, el acceso a los aeropuertos, además el reto en educación es inmenso; la inversión en ciencia, tecnología e innovación es mínima, y sigue pendiente la tarea de fortalecer las instituciones. Otro elemento es brindar seguridad jurídica porque el contrabando y la ilegalidad tienen acosadas a las empresas legales que pagan impuestos.

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En este contexto, la jefa de la entidad bancaria Bbva Colombia, Juanita Téllez, afirma a EL TELÉGRAFO que en cuanto a materia económica ninguno de los candidatos genera zozobra en el mercado, que existe tranquilidad y no hay temor por quién pueda ser el ganador. En lo respecta al proceso de paz, la situación es más compleja, afirman los analistas.

Los dos principales candidatos, Santos y Zuluaga, tienen posiciones opuestas sobre el proceso de paz que se negocia con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en La Habana, Cuba.

Por el lado de Santos se prevé que los diálogos con la guerrilla de las FARC avancen, con la esperanza de llegar a un acuerdo para darle fin al conflicto, lo que, según estudios, impulsaría el crecimiento del PIB en 2 puntos porcentuales adicionales. Esto, según la analista Juana Téllez, se daría por “el ingreso de nuevos actores a la productividad del país”. Esa es una de las cartas a las que el actual presidente-candidato le apuesta.

En el caso de Zuluaga, lo más probable es que el proceso no continúe dado que ha manifestado que dará un plazo de 8 días desde que se posesione, para que las FARC hagan un cese al fuego unilateral. Luego Zuluaga hará una pausa en el proceso para evaluar lo que se ha negociado durante la actual administración.

Eso no resulta contraproducente para el candidato ni para el futuro del país, señala Téllez, quien destaca que “el mundo ve a Colombia como un lugar atractivo de inversión con o sin conflicto. “Se da por descontado que en el país sabemos sobrellevar esa guerra contra la guerrilla y el rompimiento de las negociaciones no significaría una pérdida de confianza de los inversionistas extranjeros”, añade.

Pero más allá de las propuestas, la última etapa de la campaña electoral ha estado enmarcada en escándalos de corrupción y espionaje que han involucrado a Santos y a Zuluaga.  

Al respecto, el administrador de empresas, Hugo Quintero, quien trabaja y vive en una de las zonas más ruidosas de Bogotá, expresa que “hubiéramos querido ver una campaña dinámica, moderna, con ideas novedosas, con propuestas. “Con tantos problemas que tiene el país, nos quedamos fue en acusaciones.  

De acuerdo con los expertos, la percepción general en estas elecciones es que sin importar el resultado, no existen riesgos sobre la estabilidad económica ni sobre las reglas de juego para la inversión en el futuro de ganar uno de los candidatos más opcionados actualmente.