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Hoy se cumplen 14 años del atentado terrorista

El cáncer y la depresión afectan a los sobrevivientes del ataque a Torres Gemelas

Familiares tocan los nombres grabados de los bomberos caídos en los atentados del 11-S, en una ceremonia realizada por el Cuerpo de Bomberos de Nueva York. Foto: AFP
Familiares tocan los nombres grabados de los bomberos caídos en los atentados del 11-S, en una ceremonia realizada por el Cuerpo de Bomberos de Nueva York. Foto: AFP
11 de septiembre de 2015 - 00:00 - Redacción y Agencias

En 2007, por primera vez Charles F. Hirsh, máximo responsable forense de Nueva York, admitió que la muerte de Dunn-Jones, una abogada de 42 años que trabajaba frente a las Torres Gemelas, fue causada por las toxinas generadas por el derrumbe de los edificios en 2001. En Estados Unidos se tramitan demandas por los efectos de la nube tóxica que se formó en la Zona Cero, tras el ataque terrorista.  

Aunque han transcurrido 14 años, recién hace 4, la revista ‘The Lancet’ publicó un especial con los estudios más importantes realizados hasta esa fecha sobre su impacto en la salud de los supervivientes de  los ataques terroristas del 11 de septiembre (11-S).

Según constatan, las personas que participaron en el rescate de las víctimas continúan sufriendo problemas de salud a nivel físico y mental. “Ellos tienen un 19% más de riesgo de desarrollarlo que aquellos que no trabajaron durante esos días”, describió ese informe.

Tal y como indica David Prezant, principal autor del análisis y jefe de servicios médicos del departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY), si la incidencia de esta enfermedad “era significativamente menor” que en el resto de la población, tras el 11-S la tasa se igualó, sobre todo en tumores de estómago, colon, próstata, tiroides, páncreas, hígado y melanomas. Así lo aseguran los expertos después de 7 años de estudio y basados en el análisis de los historiales de 11.000 bomberos y oficiales del cuerpo implicados antes y después de los atentados.

Estas conclusiones contradicen las del Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos (Niosh), que en julio de 2010 determinó que no existen pruebas suficientes para incluir el cáncer en la lista de enfermedades relacionadas con los atentados y que dan derecho a una compensación por el tratamiento.

Como explican los autores del artículo de la revista británica, “la asociación entre la exposición al polvo tras la caída de las Torres Gemelas y el cáncer es convincente desde el punto de vista biológico, ya que algunos contaminantes de esta nube, tales como las dioxinas, son conocidos por ser agentes carcinógenos. Podrían ser causa directa del tumor y, también, producir infecciones microbiales, enfermedades autoinmunes y alteraciones inflamatorias que, según los estudios, son factores de cáncer”.

60 tipos de cáncer

Hasta el año pasado, la atención a las víctimas de los atentados del 11-S ha sido financiada con un fondo de $ 4.300 millones autorizado por la Ley Zadroga, bautizada en homenaje al policía James Zadroga, quien murió luchando para que las autoridades reconocieran que sus enfermedades fueron causadas por la nube tóxica que se formó tras el derribo de las Torres Gemelas.

Hasta el informe del año pasado se reportó la muerte de 70 bomberos, 60 policías y un número indeterminado de trabajadores de limpieza diagnosticados con alguno de los 60 tipos de cáncer, relacionados con el aire tóxico de la Zona Cero, o con enfermedades óseas, musculares, psicológicas o respiratorias. Muchos de los trabajadores dicen no haber recibido todos los beneficios ni mucho menos la compensación económica que la ley les otorga.

Este informe impulsó que un grupo de congresistas presente una propuesta para que la Ley Zadroga -que expirará en octubre de 2016- sea extendida a 25 años y cobije al personal que respondió y sobrevivió a la emergencia.

La iniciativa busca que los rescatistas, socorristas y trabajadores de limpieza reciban tratamiento médico y compensación económica sin importar en el país que se encuentran ni su estatus migratorio.

Trastornos psicológicos

Marcy Borders, una sobreviviente de los atentados del 11-S y protagonista de una de las fotos más icónicas de esos ataques, falleció en agosto de 2015, a los 42 años, de cáncer de estómago.  

Al momento de los atentados, Borders, quien tenía entonces 28 años, había ingresado un mes antes a trabajar en las oficinas del Bank of América en el World Trade Center (WTC). Al desplomarse una de las torres se refugió en un edificio cercano, donde el fotógrafo de la AFP Stan Honda le tomó una inolvidable imagen en la que aparece cubierta por una espesa capa de ceniza, que le granjeó el apodo de ‘The Dust Lady’ (La dama de polvo).

Tras los atentados, Borders ingresó en una profunda depresión, que incluyó abuso de drogas y alcohol, aunque logró recuperarse tras más de una década. Según sus familiares, ella pasaba la mayor parte del tiempo recluida en su departamento de dos ambientes en Nueva Jersey.

En una entrevista a la AFP en 2012 con voz baja indicó: “Todavía vivo con miedo. No puedo pensar en estar allí, en esos blancos, esos puentes, esos túneles, esas estaciones (de metro)”.

La familia de Borders indicó que ninguna organización la ayudó ni nadie le dijo que los sobrevivientes del 11-S podían contar con tratamientos psicológicos gratuitos.

Según los autores de otro informe difundido por ‘The Lancet’ y realizado en la Escuela de Medicina Mount Sinai, Estados Unidos, más de una de cada cinco personas estudiadas (que habían participado en las tareas de rescate) padecían varios trastornos mentales, como depresión, pánico y estrés postraumático. (I)

DATOS

Transfusiones sanguíneas: Treinta y seis mil litros de sangre se donaron en el Centro de Transfusiones de Nueva York.

Estrés: El estrés postraumático se incrementó el 200% en personas de Manhattan. Según un informe, más de 10.000 alumnos de escuelas públicas sufrieron de estrés postraumático después de los atentados.

Consumo de drogas: Después del atentado aumentó el consumo del alcohol el 25% y de cigarrillo el 10%.

Denuncias: 1.714 crímenes de odio fueron denunciados por el Comité de Relaciones Américo-islámicas desde el 11-S.

Seguros: Tras el atentado las empresas aseguradoras pagaron en indemnizaciones $ 40.200’000.000.

Donativos: $ 500’000.000 se juntó para ayudar a las familias de las víctimas y $ 1.400’000.000 se donó a la caridad.

INFOGRAFÍA

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