El candidato presidencial mexicano del PRI, Enrique Peña Nieto, quien se perfila primero en las encuestas,  fue el blanco principal del primer debate  entre los 4   aspirantes, en el que abundaron los ataques mutuos.

Sin embargo, tras  el   encuentro realizado el domingo,  Peña Nieto cayó en los sondeos hechos por diarios, aunque sigue liderando el tablero electoral. De acuerdo con una consulta de El Universal, el líder  del PRI ganó el cara a cara con un 31,6% de opiniones a favor, frente al 20,8% del candidato de la coalición de izquierda Movimiento Progresista Andrés Manuel López Obrador, al 18,4% del minoritario Nueva Alianza (Panal) Gabriel Quadri, y al 17,3% de Josefina Vázquez del gobernante Acción Nacional (PAN, derecha).

En el mismo sondeo, llevado a cabo en la noche del domingo, Peña Nieto obtuvo el 36,3% de la intención de voto efectivo, cuando, justo antes del debate, el diario le otorgaba un 49,1%.

Durante el debate,  Vázquez y López Obrador consagraron buena parte de sus intervenciones a desacreditar la gestión de Peña Nieto como gobernador del estado de México  y recordar sus nexos con la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI),  que gobernó el país por 70 años. Al candidato del PRI le   sacaron fotos suyas junto al desprestigiado ex presidente Carlos Salinas.  López Obrador alternó sus ataques contra Peña Nieto con sus críticas hacia la élite del poder en México, el imperio de los principales canales de televisión y los hechos de corrupción que afectan al país.

Luego del encuentro, el abanderado del PRI reclamó que fue blanco de una campaña de descalificaciones por parte de sus adversarios que, incluso, dijo, parecían haberse puesto de acuerdo en sus ataques. El cuarto candidato del Partido Nueva Alianza, Gabriel Quadri fue  ignorado en el debate.

En materia de seguridad, el tema que más preocupa a los mexicanos, que han visto a su país inmerso en los últimos cinco años en una ola de violencia con más de 50.000 muertos, los candidatos reiteraron las propuestas que ya habían hecho y que difieren poco entre ellas. Peña Nieto habló de una gendarmería nacional para apoyar a las corporaciones municipales, desbordadas por el crimen organizado, mientras que Vázquez Mota insistió en crear una policía nacional de disciplina militar y triplicar el número de ministerios públicos.