A pesar de las críticas, el gobierno seguirá adelante con la norma
El 60% de los franceses se opone a la reforma escolar
El decreto sobre la cuestionada reforma de los colegios de enseñanza secundaria francesa fue publicado ayer, una decisión criticada inmediatamente por los opositores al proyecto, pues se realizó al siguiente día de una huelga que convocó a más del 50% de los profesores nacionales. El gobierno prometió seguir dialogando.
Entre los elementos de polémica está la propuesta de reducir la enseñanza de latín, alemán y griego, remplazando esas lenguas por una clase general de cultura clásica, así como el plan que proyecta dar más autonomía a los colegios, pues consideran que podría discriminar a algunos estudiantes en función de su establecimiento.
El proyecto, impulsado por la ministra de Educación, Najat Vallaud-Belkacem, prevé la entrada en vigencia de la reforma a partir del inicio del año escolar 2016.
La escolaridad es un tema particularmente delicado en Francia, cuyo gobierno se jacta de tener un acceso igualitario a la educación, y el plan para revisar la enseñanza secundaria enfrenta la oposición de la mayoría de la ciudadanía, de los conservadores, incluso de parte de la izquierda oficialista.
Incluso la canciller alemana, Angela Merkel, ha planteado el tema al presidente francés, François Hollande, por temor de que la enseñanza del idioma alemán sufra un revés en la reforma, citó Reuters.
Los 840.000 maestros de Francia -bastión tradicional de respaldo al Partido Socialista- se oponen, la mayoría, a la reforma, según sus sindicatos, pues temen que aumente la competencia entre escuelas y exacerbando la desigualdad.
Los docentes se oponen porque la reforma concede a los institutos la autonomía de gestión sobre un 20% del tiempo escolar.
Un sondeo de opinión de Odoxa, divulgado la semana pasada, demostró que más del 60% del pueblo francés se opone a la reforma y considera que causará más daños que mejorías en el rendimiento de los estudiantes.
Según la publicación del diario La Razón de San Luis, en Francia, pese al intento de caminar hacia la igualdad, todavía hay grandes diferencias entre los colegios de las zonas deprimidas y de las zonas más prósperas del país.
El porcentaje de abandono escolar entre hijos de obreros y trabajadores manuales es del 32%, mientras que el 5% de hijos de familias con profesiones liberales deja el colegio de forma prematura.
El sistema de educación francesa ha descendido puestos en el ranking de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en su informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas inglés) revela que también es uno de los menos igualitarios del mundo. La reforma pretende nivelar esa brecha, pero sus detractores consideran que la igualdad será mínima
Esta ley ha convertido a la ministra de Educación en blanco de extensas críticas, principalmente del expresidente Nicolas Sarkozy, quien afirmó que Vallaud-Belkacem competía con la ministra de Justicia, Christiane Taubira, para ver quién es más mediocre. Por estas declaraciones Sarkozy ha sido acusado de xenófobo por atacar a ambas funcionarias.
Los sindicatos, exministros socialistas y conservadores, historiadores e intelectuales coinciden en sus críticas de fondo contra el proyecto. La ABC señaló que por primera vez, los sindicatos de izquierda coinciden con la crítica liberal conservadora. Jean d’Ormesson, patriarca de la literatura francesa de nuestro tiempo, publicó en ‘Le Figaro’ una carta abierta al presidente, François Hollande, en la que denuncia la reforma como una ‘amenaza global’ y una forma de ‘empobrecimiento’. Adjetivos repetidos, con pocos matices, en las manifestaciones del martes, donde las pancartas repetían: “¡Queremos una enseñanza de calidad!”. “¡Esta reforma devalúa la enseñanza nacional!”.
El propio Hollande salió en defensa del proyecto. (I)
DATOS
El proyecto tiene previsto conceder a los institutos la autonomía de gestión sobre un 20% del tiempo escolar.
Para los sindicatos, la autonomía es una amenaza para la igualdad que abre la puerta a todo tipo de arbitrariedades locales y regionales.
Regis Debray, consejero de François Mitterrand y antiguo compañero del ‘Che’ Guevara, declaró: El proyecto es la expresión fiel de la incultura histórica de nuestros gobernantes.
Los profesores de alemán temen que su disciplina desaparezca o quede sumergida en una enseñanza pluridisciplinar que diluye la educación básica.
La desaparición del griego y el latín, víctimas de un ostracismo apenas disimulado, es percibida por unos y otros como una amenaza global. (I)