Ejército sudanés abate al líder del grupo de Darfur
El Ejército de Sudán mató ayer al amanecer al dirigente rebelde Jalil Ibrahim, máximo líder del principal grupo insurgente de Darfur, el Movimiento de Justicia e Igualdad (MJI), en la región sudanesa de Kordofán.
En declaraciones a la televisión oficial, el portavoz de las Fuerzas Armadas sudanesas, Al Sauarmi al Jaed Saad, anunció que "el Ejército logró matar al rebelde Jalil este domingo en un combate que se libró en el oeste de Wed Banda en la provincia de Kordofán del Norte", vecina a Darfur, en el oeste del país.
Ibrahim, de 54 años, se dirigía a la República de Sudán del Sur cuando su convoy fue interceptado por los soldados, que lo habían seguido gracias a las informaciones de los habitantes de la zona, que alertaron de su presencia en Wed Banda, explicó el portavoz castrense.
Ibrahim y varios de sus allegados fallecieron en el tiroteo desencadenado poco después.
El hermano del líder rebelde, Yibril Ibrahim, responsable de Relaciones Exteriores del MJI, confirmó la muerte de Jalil, pero se limitó a señalar que fue asesinado en enfrentamientos en la provincia de Kordofán del Norte, sin dar más detalles. El hermano consideró que aún es prematuro hablar de la elección de un sustituto de Jalil, al frente del MJI.
Con la muerte de Ibrahim, que era médico de profesión, desaparece uno de los principales enemigos del régimen de Omar Hasan al Bachir.
Como fundador del MJI, Jalil comenzó la lucha armada contra el régimen de Jartum en febrero de 2003, junto al Movimiento de Liberación de Sudán (MLS), liderado por Abdelwahid Nur, en protesta por la pobreza y la marginación que sufrían los habitantes de Darfur.
En mayo de 2008 lanzó una ofensiva contra Omdurman, oeste de Jartum, en la que murieron 255 insurgentes y 77 miembros de los cuerpos de seguridad. Tras ese ataque, decenas de los combatientes del MJI fueron condenados a muerte, incluidos dos de los hermanos de Ibrahim.
Después de la ofensiva, el MJI tomó parte en negociaciones de paz, auspiciadas por Catar, y firmó dos memorandos de entendimiento con el gobierno sudanés, pero suspendió su participación en las conversaciones al considerar que era inútil negociar con el régimen, al que acusó de mantener una actitud inflexible.