Los turistas mexicanos atacados en Egipto, supuestamente por parte de fuerzas de seguridad, fueron bombardeados desde el aire por fuerzas de seguridad egipcias, afirmó ayer la ministra de Relaciones Exteriores de México, Claudia Ruiz Massieu.

México exigió a Egipto un esclarecimiento con celeridad del incidente, en el que al parecer los turistas y sus guías fueron confundidos con extremistas. Hasta ahora está confirmada la muerte de 2 mexicanos, mientras que 6 resultaron heridos y se encuentran estables. Otras versiones anteriores hablaban de 7 mexicanos muertos, con lo cual se busca establecer si hay más víctimas mexicanas entre los 12 fallecidos, muchos de ellos guías egipcios.

El ministro del Exterior de Egipto, Sameh Shukri, se comunicó con la canciller mexicana para expresar sus condolencias y su voluntad de investigar a fondo y de manera expedita. El país árabe se comprometió a establecer un comité de investigación, encabezado por su primer ministro, Sherif Ismail.

Ruiz Massieu dijo, en un pronunciamiento ante la prensa, que los turistas habían realizado el domingo una parada para descansar y comer cerca del oasis de Bahariya, ubicado 400 kilómetros al suroeste de El Cairo, cuando fueron atacados desde un avión y helicópteros.

El embajador de México en Egipto, Jorge Álvarez, se entrevistó personalmente con 6 mexicanos internados en el hospital, quienes narraron, por separado, haber sufrido un ataque aéreo, con bombas lanzadas desde un avión y helicópteros, habiendo sido evacuados por vehículos civiles y militares para después ser transportados en ambulancias al hospital, dijo Ruiz Massieu.

La funcionaria afirmó que el embajador mexicano fue informado del incidente por la agencia de viajes y que México espera que las autoridades egipcias le den acceso a más información para conocer la situación del resto de los afectados.

Hasta el momento, indicó la diplomática, “México puede confirmar con indignación y profundo pesar la muerte de 2 mexicanos”.

“México condena estos hechos en contra de nuestros ciudadanos y ha exigido al gobierno de Egipto una exhaustiva investigación de lo ocurrido, expresó en Twitter el presidente Enrique Peña Nieto. El personal de la embajada mexicana en El Cairo fue reforzado para auxiliar a las víctimas y sus familiares.

En una nota diplomática entregada al embajador de Egipto en México, Yasser Shaban, el Gobierno mexicano expresó su consternación por estos acontecimientos y exigió que se realice una investigación.

Bahariya, un oasis peligroso

Los turistas habían llegado a El Cairo el viernes y dos días después salieron hacia Bahariya, en el desierto occidental de Egipto.

Bahariya queda en el desierto Líbico, que se extiende por casi dos tercios del territorio egipcio, del Nilo a la frontera libia de este a oeste y del mar Mediterráneo hasta la frontera sudanesa de norte a sur.

Numerosos visitantes frecuentan los hoteles del oasis de Bahariya, a más de 300 kilómetros al suroeste de El Cairo. Desde allí, los operadores de turismo los llevan a recorrer las dunas del desierto blanco y las colinas de cuarcita del desierto negro de los alrededores.

Los turistas también tienen la posibilidad de pasar la noche en tiendas en medio del desierto.

Pero numerosas embajadas occidentales desaconsejan a los viajeros que visiten estos oasis del desierto occidental. Unas advertencias que se incrementaron desde que un joven croata que trabajaba para una compañía francesa fue raptado en julio a la entrada de ese desierto, no muy lejos de El Cairo, y al que la rama egipcia del Estado Islámico aseguró haber decapitado en agosto.

La embajada de Francia situó este oasis en zona anaranjada (desaconsejado, salvo por una razón de peso) e incluso roja a medida que se está más cerca de la frontera con Libia, según su sitio de consejos para viajeros.

La embajada de EE.UU., que ya lo desaconsejaba, reforzó recientemente sus recomendaciones, alentando a sus nacionales a no salir de zonas urbanas de El Cairo y de Alejandría o de los complejos turísticos desde que aumentaron los atentados en Egipto, en su mayoría cometidos por las ramas egipcias del Estado Islámico.

El oasis de Bahariya, exuberante y rodeado de colinas negras, tiene 2.000 km cuadrados y cuenta con una decena de hoteles. Alberga antiguos monumentos de la dinastía faraónica del Imperio Nuevo (entre el 1550 y el 1000 a.C., aproximadamente). (I)