EE.UU. exige condena internacional contra el Gobierno de Irán
El Gobierno de Irán rechazó ayer la acusación hecha por Estados Unidos de que está tras un complot desmantelado para asesinar al embajador de Arabia Saudí en Washington, mientras que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, reclama una condena internacional para el país islámico.
La funcionaria norteamericana calificó al presunto intento de asesinato contra el diplomático saudí Adel al Jubeir como una “peligrosa escalada de Teherán”.
El problema estalla cuando el Departamento de Justicia acusó el martes a dos iraníes de conspirar para matar al embajador de Arabia Saudí y alegó que contaban con el respaldo de la Guardia Revolucionaria iraní.
“Hacemos un llamado a otras naciones a unirse a nosotros en la condena de esta amenaza a la paz y la seguridad internacional (...) Irán debe rendir cuenta de sus acciones”, expresó la jefa de la diplomacia estadounidense.
En el marco del régimen de sanciones estadounidenses contra Teherán, Estados Unidos anunció ayer que incluyó a la compañía aérea iraní Mahan Air en su lista negra de entidades.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Ramin Mehmanparast, calificó de “falsa” la acusación de Estados Unidos de que las autoridades iraníes estuvieran detrás de una trama que pretendía atentar contra las legaciones de Israel y Arabia Saudí.
“Irán y Arabia Saudí mantienen unas relaciones de respeto mutuo y esas falsas afirmaciones no tendrán efecto alguno en la opinión pública de esta zona (de Oriente Medio)”, aseguró. Para el portavoz iraní, la trama denunciada por Estados Unidos es un guión prefabricado y sin fundamento.
Mehmanparast condenó “ese tipo de actos terroristas”, pero indicó que las acusaciones que se les hacen son un truco ya gastado propio de la vieja y hostil política de Estados Unidos y el régimen sionista (Israel) contra Irán”.
“Los diseñadores de estas falsas situaciones pretenden promover la separación y ayudar al régimen sionista a salir de su actual aislamiento”, indicó el portavoz iraní, quien las consideró un espectáculo cómico para crear situaciones especiales con intención de sembrar la discordia.
Mehmanparast defendió la moralidad y los valores islámicos del régimen iraní e indicó: “Siempre hemos advertido de las conspiraciones de los enemigos (en especial EE.UU. e Israel) en la región (de Oriente Medio)”.
Las actuales acusaciones, recalcó, se producen cuando la política estadounidense, dentro de ese país y en esta región, se muestra verdaderamente ineficaz y se enfrenta a grandes protestas dentro y fuera de Estados Unidos.
El secretario de Justicia de EE.UU., Eric Holder, explicó con el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Muller, que el Gobierno iraní habría pagado un millón y medio de dólares a dos hombres para que perpetraran los atentados.
Los dos presuntos conspiradores fueron identificados como Manssor Arbabsiar y Gholam Shakuri, ambos de nacionalidad iraní, aunque el primero había obtenido también la estadounidense y residía en Nueva York, donde fue detenido el pasado 29 de septiembre en el aeropuerto John F. Kennedy.
Arbabsiar y Shakuri han sido acusados de conspiración para asesinar a un funcionario extranjero, conspiración para el uso de armas de destrucción masiva y conspiración para cometer un acto de terrorismo internacional, entre otros cargos.
La Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) tuvo conocimiento del complot cuando Arbabsiar se puso en contacto, el pasado mayo, en México con un informante de ese organismo, al que creía miembro de un cartel del narcotráfico, para pedir asistencia para asesinar al embajador saudí.
El Pentágono expresó ayer que el supuesto complot de Irán para asesinar al embajador en Washington requiere de una respuesta diplomática y legal, minimizando la posibilidad de una acción militar.
“El Ejército de Estados Unidos tiene preocupaciones de larga data acerca de la influencia maligna de Irán en la región. Sin embargo, con respecto a este caso, se trata de una cuestión de carácter judicial y diplomático”, señaló el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Preguntado sobre si su país había descartado acciones miliares, Kirby respondió: “Solo el presidente tiene el poder de usar o no su Ejército”.