Las embajadas estadounidenses amanecieron en alerta máxima por posibles represalias
EE.UU. torturó
Estados Unidos aplicó una estrategia de guerra sucia durante su campaña contra el terror, emprendida en el gobierno de George W. Bush, luego de los atentados del 11S. Así lo reconoció un informe del Comité de Inteligencia del Senado.
El documento determina que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) engañó a la Casa Blanca y al Congreso acerca de la información que obtuvieron de la detención y el interrogatorio de sospechosos de terrorismo. Para justificar métodos brutales como la alimentación vía rectal, ‘waterboarding’ (ahogamiento simulado), y hasta amenazas sexuales maximizaron los resultados de los interrogatorios.
El informe describe las actividades de la CIA llevadas a cabo por funcionarios de la agencia en prisiones secretas alrededor del mundo durante 8 años después del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.
El llamado Programa de Detención e Interrogación de la CIA fue autorizado secretamente por el gobierno de George W. Bush en 2002, quien mediante la firma de un memorando autorizó a la CIA a matar, capturar e interrogar a dirigentes de Al Qaeda y terroristas responsables del 11-S en cualquier parte del mundo. Los detenidos no eran considerados prisioneros de guerra, lo que les hubiera permitido acceder a las garantías de la Convención de Viena, sino que eran llamados “combatientes enemigos”. Fue una idea del entonces vicepresidente Dick Cheney, mentalizador de la guerra contra el terrorismo.
A partir de 2002 hubo rumores sobre malos tratos y torturas: inicialmente en Bagram, Afganistán. Organizaciones no gubernamentales y legisladores empezaron a preguntarse sobre el destino de varios ‘detenidos fantasmas’, sobre los que el Gobierno estadounidense no decía nada.
En 2005 la prensa estadounidense denunció vuelos secretos de la CIA para trasladar a ‘detenidos de alto valor’ a lugares desconocidos, secretos, en los que ni siquiera intervino el FBI. Numerosos países europeos, permiten que esos vuelos pasen por sus espacios aéreos. Fue un escándalo por lo que el Parlamento Europeo abrió una investigación y acusó a países de Europa del Este de colaborar con la CIA.
En diciembre de 2005 el Congreso de EE.UU. aprobó una ley que prohibió los tratos ‘crueles, inhumanos y degradantes’. Para 2007 la CIA admitió que destruyó filmaciones de interrogatorios. Un año después llegó al poder Barack Obama y puso fin a las torturas. Fue en ese entonces que inició la investigación del Senado.
El informe proporciona una contabilidad macabra de algunas de las técnicas que la CIA ha utilizado para torturar y encarcelar a los sospechosos de terrorismo. Además refuta las afirmaciones de que las torturas ayudaron a desbaratar complots terroristas y capturar a Osama Bin Laden.
Con ayuda de médicos
A los detenidos se les dijo que iban a ser asesinados. Con la aprobación del personal médico de la CIA, algunos prisioneros fueron sometidos a la ‘alimentación rectal’ o ‘hidratación rectal’. El informe del Senado describe la tortura a Khalid Shaikh Mohammed mediante la ‘bañera’, una práctica usada en los interrogatorios en los que se coloca una manta en el rostro y se echa sobre ella agua de manera constante. Eso impide a la persona respirar y provoca la sensación de desesperación.
El informe también sugiere que muchos más presos, hasta 119 según el Senado, fueron sometidos a la ‘bañera’, y no los 3 que la CIA ha reconocido en el pasado. Bush dijo durante años que el programa era ‘humano y legal’, incluso ayer fue defendido por Cheney, quien calificó como patriotas a los responsables.
En el prólogo del informe, la senadora Dianne Feinstein de California, presidenta del Comité de Inteligencia, dijo que “el miedo y la expectativa de nuevas conspiraciones terroristas no justifican (...) o excusan las acciones impropias llevadas a cabo por individuos u organizaciones en nombre de la seguridad nacional”.
Sin embargo no se ha abierto ningún proceso judicial contra los responsables del programa, porque el informe no es vinculante. Y las probabilidades de que eso ocurra son escasas. El documento del Senado se publica justo cuando el mundo celebra hoy el Día de los Derechos Humanos. Algunas partes del programa ideado por Bush aún perduran: la prisión de Guantánamo, el ataque con aviones no tripulados y el espionaje masivo de la NSA.
Las torturas que usó la CIA
‘Alimentación e hidratación rectal’. Una técnica muy utilizada durante el siglo XIX y principios del siglo XX, y no como elemento de tortura. El mayor inconveniente es la irritación rectal.
Ahogamiento simulado, consiste en verter agua que va directamente al estómago del prisionero, otra variedad es colocar un trozo de tela sobre la cara del reo y echar agua. Aunque no produce ningún tipo de daño físico ni la muerte, provoca una fuerte sensación de asfixia.
Privación de sueño. El preso es obligado a permanecer en alguna postura antinatural. Cuando intenta dormir es acosado con fuertes sonidos y luces brillantes. Los privados de sueño pierden sus capacidades cognitivas, sufren alucinaciones.
Manipulación de la dieta. Consiste en reducir la ingesta de proteínas para reducir la fuerza del cuerpo. Esta técnica, llevada a los extremos puede provocar la pérdida de la menstruación en mujeres e impotencia en hombres.
Desnudez forzada y amenazas sexuales. No es una tortura física, pero sí psicológica. El objetivo es mermar los sentidos y la personalidad sin causar dolor físico ni dejar secuelas en el cuerpo.
Golpear el abdomen y abofetear la cara. El método, además del dolor provoca en el reo una sensación de confusión y desorientación.
Encierro con insectos. La tortura llevada al límite consiste en meter al prisionero en un cajón con agujeros para poder sacar las extremidades y la cabeza. Brazos y piernas son untados con miel y leche para atraer a todo tipo de insectos.