Guatemala.-

El viernes 19 de septiembre probablemente será considerado por Estados Unidos de América como un día en el que sufrió un nuevo revés en su visión de la “guerra contra las drogas” y recibió un claro mensaje del Hemisferio: la soberanía de los países ya no tolera imposiciones; ahora todos discutimos argumentos, pedimos pruebas científicas, intercambiamos experiencias propias y solo después llegamos a consensos.

El 46° Período Extraordinario de Sesiones de la OEA, que debía servir para discutir el siguiente Plan Hemisférico para la lucha fuera de las fronteras de EE.UU. contra la producción y tráfico de drogas, se transformó en la Resolución Reflexiones y Lineamientos para formular y dar seguimiento a las Políticas Integrales frente al Problema Mundial de las Drogas en las Américas.

No hubo estado que escatime críticas, describa realidades y entregue su propio enfoque; desde luego el más afectado fue EE.UU., quien financió el Plan hemisférico 2010-2015 cuyo resultado final lo contamos nosotros en miles de miles de muertos desde el Rio Bravo hasta la Patagonia; en el norte el saldo es el potenciamiento de la crueldad y la violencia criminal.

Latinoamérica y el Caribe nos cansamos de poner muertos y violencia; declaramos que es necesario revertir ese fracaso mediante la responsabilidad conjunta, compartida y diferenciada; no más guerra a muerte fuera de las fronteras de EE.UU.; quedó sobre la mesa que es también su responsabilidad el fenómeno, pues sin consumidores, sin mercado, no hay producción y los delitos conexos disminuirían totalmente.

El mensaje de cancilleres del Hemisferio fue claro y directo a uno de los zares antidrogas de EE.UU.: el Secretario de Estado Adjunto William Brownfield, presente ese momento en la sala.

La Resolución que será entregada al Secretario de la ONU como insumo para la UNGASS 2016 envía un mensaje claro al mundo de cuál es la posición de los países del hemisferio sobre el fenómeno de las drogas: ¡No más de lo mismo!

Buscamos nuevos enfoques, no copiaremos recetas; incorporamos una visión integral frente al problema; las nuevas políticas se implementarán sobre la base de las realidades particulares de cada país, separando el problema del consumo y los delitos en sus diferentes etapas; priorización de los derechos humanos; no interdicción y prohibicionismo a ultranza.

Tampoco persecución enfocada en consumidores y microtráfico. Se hace necesaria además la evaluación de la Estrategia Hemisférica sobre drogas de la CICAD y la evaluación a medio término (2014) de su Plan de Acción 2010-2015, como insumo para la preparación de la misma para el período 2016-2020; y, prevención de la Violencia y el Delito dentro del Marco de la Estrategia Hemisférica sobre drogas y el Plan de Acción Hemisférico y NO a la creación de un Nuevo Plan Hemisférico.

Los grupos delincuenciales organizados en este continente han mejorado y diversificado su ámbito de acción, presentando nuevos retos, y por eso las políticas estatales deben elaborarse con un enfoque integral, todo está relacionado con todo, por lo que los Estados del hemisferio han concluido que a problemas globales se deben buscar soluciones globales, no parciales ni focalizadas.

Esta resolución es equilibrada, ya que aborda las 3 etapas del fenómeno de las drogas con la misma preocupación: producción/trafico/consumo.

Incorporando a EE.UU. ya no como un actor externo que solo financia la lucha armada contra los cárteles, ahora admitimos que ellos son el problema principal al ser el más grande mercado de consumidores del mundo, al lavar su sistema financiero más del 80% del dinero de los negocios ilícitos, al ser los productores y vendedores de armas cortas más grandes del continente.

La última gran lección fue la crítica unánime de 32 de los 34 Estados sobre los famosos informes unilaterales de la Casa Blanca, los países se ratificaron en la importancia de renovar y fortalecer los Mecanismos de Evaluación Multilateral para enfrentar y verificar los avances en el tratamiento del problema mundial de las drogas.