Estados Unidos planteó a sus socios del Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución que exige a los países adoptar medidas legislativas para impedir que sus ciudadanos se adhieran a organizaciones extremistas como el Estado Islámico (EI).

Según esta resolución, los gobiernos deberán "prevenir e impedir el reclutamiento y desplazamiento" de sus ciudadanos hacia el extranjero "para planificar, preparar o participar  de acciones terroristas" o recibir entrenamiento para ello.

Washington busca adoptar este texto durante una reunión en la cumbre del Consejo de Seguridad este 24 de septiembre, que será presidida por el presidente estadounidense Barack Obama, en el marco de la sesión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).

Aunque la resolución nombra de forma genérica a todos los "combatientes terroristas extranjeros", está dirigido principalmente a los miles de yihadistas árabes y europeos en filas del Estado Islámico y del frente Al Nosra en Siria e Irak.

La resolución se apoya en el capítulo 7 de la carta de las Naciones Unidas, que prevé sanciones en caso incumplir el texto.

Según un responsable estadounidense que pidió permanecer en el anonimato, "la respuesta inicial fue positiva" en los 14 socios del Consejo, aunque los europeos observaron posibles dificultades ante el acuerdo Schenghen sobre la libre circulación de personas en ese continente.

Según un diplomático del Consejo, las primeras discusiones del texto se realizarán este miércoles.

La resolución demanda que los "Estados miembro se aseguren de que sus leyes y normas instauren sanciones penales severas" contra yihadistas extranjeros y los responsables de su reclutamiento y financiamiento.

Los Estados también deberán impedir el "ingreso o tránsito en su territorio" de estos combatientes cuando estén en posesión de "informaciones creíbles" sobre sus intenciones.

La disposición podría afectar a Turquía, punto de tránsito obligado hacia Siria para los grupos armados.

Varios países europeos, entre ellos Francia y Gran Bretaña, han tomado o anunciado medidas en esta materia ante los temores de que los yihadistas lleguen a sus territorios para planificar atentados.

Cerca de 12.000 extranjeros han viajado a Siria y recientemente a Irak desde 74 países, en la mayor movilización desde la guerra de Afganistán en 1980, según el Centro Internacional de Estudios sobre la Radicalización en Londres, que rastrea combatientes extranjeros.