Tillerson responsabilizó directamente a Pekín y Moscú
EE.UU. despliega bombarderos en respuesta a Corea del Norte
Washington.-
Estados Unidos desplegó ayer bombarderos estratégicos B-1B en torno a la península coreana en respuesta al misil intercontinental lanzado por Corea del Norte el viernes.
La medida se efectuó luego de que el líder norcoreano, Kim Jong-Un, afirmó que su último lanzamiento fue “una seria advertencia” a EE.UU. (quien la semana pasada impuso nuevas sanciones a Pyongyang) y advirtió que responderá en caso de provocaciones militares de Washington.
El domingo, el presidente estadounidense, Donald Trump y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, coincidieron en una conversación telefónica en cuanto a que “Corea del Norte es una amenaza directa, seria y grave” para sus países, así como para Corea del Sur y otras naciones de la región.
De acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca, durante este diálogo telefónico, ambos líderes se comprometieron a aumentar la presión económica y diplomática sobre Pyongyang y a convencer a otros países a seguirlos.
Por su parte, Fumio Kishida, el ministro de Defensa de Japón, expresó que los ejercicios de los miembros de su equipo en la zona cercana a la península coreana han tomado parte junto con los dos bombarderos estadounidenses y cazas japoneses F-2.
Javier Espinosa, corresponsal en Asia desde Bangkok del diario El Mundo de España, informó que el jefe de la fuerza aérea norteamericana en el Pacífico, el general Terrence J. O’Shaughnessy, indicó: “Corea del Norte es la amenaza más urgente contra la estabilidad regional. Si recibimos la orden, estamos preparados con una fuerza abrumadora, rápida y letal”.
Desde 2006, la Organización de Naciones Unidas ha impuesto seis cláusulas de sanciones a Pyongyang, reforzadas el año pasado a través de dos resoluciones, pese a lo cual, Corea del Norte ha seguido avanzando en sus programas balístico y nuclear.
La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, señaló el domingo que por ahora “no tiene sentido” que el organismo convoque a una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad porque una resolución débil sería “peor que nada”.
La espiral que domina por una vez más a la península coreana amenaza con ampliar sus efectos colaterales mientras que China (país aliado a Corea del Norte) ya ha manifestado su firme oposición a las decisiones adoptadas por Estados Unidos y Corea del Sur del lanzamiento del misil Hwasong 14: el despliegue de nuevas baterías del escudo antimisiles Thaad.
“China está muy preocupada por el curso de acción que ha tomado Corea del Sur. El despliegue del Thaad no va a resolver las preocupaciones de Corea del Sur en torno a su seguridad, solo complicará todo el asunto”, declaró un portavoz del Ministerio de Exteriores chino el sábado. La presencia del Thaad en Corea del Sur constituye un motivo de alarma, ya que opina que sus radares pueden espiar en su territorio.
China insta a Trump a no poner en juego relaciones comerciales
Ante la tensión en la región, el viceministro chino de Comercio, Qian Keming, instó ayer a Estados Unidos a no vincular el tema nuclear en Corea del Norte con las relaciones comerciales entre ambos países, después de que el presidente Donald Trump, acusara a Pekín de no hacer suficiente presión sobre Pyongyang.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, fue más allá y afirmó que los apoyos económicos del programa nuclear balístico de Pyongyang, Pekín y Moscú, tenían una responsabilidad especial en el agravamiento de esta amenaza. Pero China considera que la única solución pasa por el diálogo. (I)
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Putin expulsará a 755 diplomáticos estadounidenses
La tensión aumentó ayer entre Rusia y Estados Unidos tras las nuevas sanciones. El domingo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, indicó que desde el 1 de septiembre el personal de las embajadas y consulados estadounidenses deberá ser reducido en 755 personas hasta quedarse en 455, el mismo número de efectivos de las representaciones rusas en EE.UU.
La semana pasada, con abrumadora mayoría en ambas cámaras, el Congreso de Estados Unidos aprobó nuevas sanciones a Rusia, Irán y Corea del Norte, y la Casa Blanca anunció ayer en un comunicado que el presidente Donald Trump “tiene intención” de promulgarlas.
En el caso de Rusia, Washington sancionó con esta decisión su supuesta interferencia en las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, así como sus acciones en Ucrania y Siria.
Putin advirtió que Rusia tiene un “gran espectro” de posibilidades para responder a las sanciones, pero aclaró que no le gustaría tener que recurrir a ellas.
Esta decisión, de un alcance inédito, concierne al conjunto del personal y afectará también al personal local ruso.
“Las medidas tomadas por Rusia constituyen un aumento y un refuerzo de la confrontación con Estados Unidos”, explica Nikolai Petrov, de la Alta Escuela de Economía de Moscú.
“Rusia no dispone de tantos recursos económicos y militares para responder (a Washington) con sanciones, pero Rusia puede perjudicar a Estados Unidos en el ámbito de la política internacional”, consideró el politólogo, mencionando la posibilidad de nuevos ciberataques.
En el diario proKremlin Izvestia, el politólogo Viktor Olevich señala que las sanciones del Congreso “han puesto una cruz a las esperanzas de Moscú de una rápida normalización”.
“Las esperanzas de una mejora en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se han desvanecido definitivamente”, insiste el diario liberal Vedomosti, que destaca “un nuevo nivel en la guerra de sanciones (...) que puede causar pérdidas más importantes a Rusia que a EE.UU.”.
El economista Chris Weafer, fundador de la asesoría Macro Advisory, indicó: “Las últimas sanciones van a reforzar el mensaje de que Rusia representa un riesgo alto para los inversores y muchas empresas creerán que no necesitan correr riesgos y esperan a ver cómo evoluciona la situación en los próximos años”. (I)