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El canciller Long respaldó la gestión de la Unasur y de tres expresidentes

Ecuador rechaza las declaraciones y actuación del secretario de la OEA

Carol Delgado, embajadora de Venezuela en Ecuador, participó en un foro en la Asamblea Nacional, en Quito.
Carol Delgado, embajadora de Venezuela en Ecuador, participó en un foro en la Asamblea Nacional, en Quito.
Foto: Fernando Sandoval/El Telégrafo
04 de junio de 2016 - 00:00 - Redacción y Agencias

Caracas - Quito.-

La declaración adoptada por los 34 países de la Organización de Estados Americanos (OEA), de apoyo al diálogo, la Constitución y la paz en Venezuela, anuló por ahora el proceso de activación de la Carta Democrática en la nación sudamericana y significó un fracaso para el secretario general del organismo, Luis Almagro.

Así opina la comunidad internacional y organismos regionales como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y el Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA, por sus siglas en inglés). Todos expresaron su respaldo al pronunciamiento de la OEA y rechazaron la postura injerencista de Almagro, quien pidió la Carta Democrática en Venezuela.

Tras más de 10 horas de deliberaciones, y rechazar el pedido de Almagro, el organismo que agrupa a todos los países del continente americano, excepto Cuba, acordó hacer un llamado al diálogo en Venezuela, y apoyar las gestiones al respecto que realizan los expresidentes  José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá), para impulsar un proceso de negociaciones, a instancias de la Unasur.

La Carta Democrática, que reclamaba Almagro, fue aprobada en 2001 y establece procedimientos para seguir no solamente cuando la democracia se interrumpe totalmente en un país, como en un golpe de Estado, sino cuando el orden ha sido seriamente alterado y el país está en riesgo.

El representante de Ecuador en la OEA, Marco Albuja, mencionó que la invocación de la Carta, y la convocatoria a una sesión urgente para analizar la situación institucional en Venezuela estaba fuera de lugar.

Por ello, “el gobierno de Ecuador reiteró su preocupación y rechazo ante las recientes declaraciones del secretario general de la organización, que lejos de permitir construir un diálogo y consenso en el continente, en el hemisferio, genera profundas divisiones”, dijo Albuja en referencia a una carta escrita por Almagro en la que evidencia su posición personal y duros epítetos contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Albuja enfatizó que todas las actuaciones de la secretaría general de la OEA y de su titular “deben y tienen” que ajustarse a la normativa acordada por los Estados que conforman el organismo.

“Mi país, mi gobierno, no estamos de acuerdo con los pronunciamientos del secretario general y creemos, como ya lo han expresado muchos de los Estados, que la solución a cualquier problema de Venezuela debe ser alcanzado por la vía del diálogo y resuelta por los propios ciudadanos y ciudadanas”.

El ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Guillaume Long, por su parte, aplaudió la resolución del Consejo Permanente de la OEA respecto a la crisis política en Venezuela.

“Acogemos con satisfacción la decisión del Consejo Permanente de la OEA, acordada por consenso de los 34 países, a favor del diálogo, sin sanciones ni amenazas de ningún tipo y que reconoce la plena soberanía de Venezuela. Es un ejemplo del poder del diálogo sobre la confrontación”, dijo Long al reiterar el apoyo de Ecuador a las gestiones de la Unasur y los expresidentes de España, República Dominicana y Panamá.

La decisión de no aplicar  la Carta Democrática en Venezuela también es definida como una clara muestra de rechazo al intervencionismo, solidaridad con Venezuela. 

Esta fue la opinión de varios analistas en el foro ‘¿La vuelta al neoliberalismo en Sudamérica? Los retos de Venezuela en un contexto de desestabilización’, efectuado el último jueves en el Salón ‘José Mejía Lequerica’ de la Asamblea Nacional, en Quito.

El evento contó con la participación de los diputados Darío Vivas, y Oscar  Figuera de Venezuela; la embajadora Carol Delgado; el asambleísta ecuatoriano Eduardo Zambrano; Francois Houtart, sacerdote y sociólogo de Bélgica, y el académico español-venezolano Fernando Casado.     

En opinión de Casado hubiera sido peligroso que la OEA aplique la Carta Democrática en su país, pues “podría sentar un precedente de intervencionismo”.     

Además, refirió que la Carta solo la  podría aplicar si el propio país afectado por una situación de desestabilidad  lo solicita. “Sorprende por qué Almagro lo ha solicitado, y hace campaña como un activista. Debería tener una actitud más profesional, y de  acuerdo a su cargo”, manifestó.     

Para Oscar Figuera,  diputado del Partido Comunista de Venezuela, la decisión de la OEA es una  muestra de solidaridad con Venezuela, y también un claro rechazo a una política intervencionista.       

El evento expuso las razones por la  cual Venezuela se enfrenta a una crisis, generada desde los sectores de oposición, medios de comunicación privados, e incluso factores externos ligados a la economía internacional.      

En ese sentido, el sociólogo Francois  Houtart afirmó que la crisis de  Venezuela no ha venido sola, pues parte de un contexto mundial. “Una crisis de  los recursos naturales, energética, alimentaria, climática, y de la lógica de acumulación del capital”.     

Darío Vivas, diputado de Venezuela, instó a buscar una ‘solidaridad militante’ para defender los procesos en la región. Motivó a defender y consolidar la ‘Revolución Bolivariana’, pues en 17 años de su aplicación, vive una ‘guerra permanente’ por parte de sectores de la oposición. (I)

Una delegación de 14 representantes de la oposición pidió a la OEA que vigile el proceso electoral de 2017. Foto: Cortesía

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