Ecuador apuntala ingreso a la Alianza del Pacífico
El gobierno de Lenín Moreno es reconocido por dar un giro en la política nacional y exterior de Ecuador.
Durante su gestión, en los asuntos regionales dejó atrás a organizaciones de izquierda como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) mediante la cual Quito pretendía una mayor integración regional en América Latina.
En medio de la transición política regional, Ecuador intenta consolidar nuevas alianzas estratégicas, políticas y comerciales y apuesta por su adhesión a organismos como la Alianza del Pacífico, integrada por Colombia, Perú, Chile y México y que lleva el neoliberalismo por bandera.
El mismo presidente Moreno tomó a cargo este proyecto y pidió en julio pasado, en Lima, la incorporación de Ecuador como Estado asociado de la Alianza del Pacífico, organismo que impulsa el libre comercio y el multilateralismo.
Dos meses después, en el marco del V Encuentro Iberoamericano de la Alianza del Pacífico, el ministro de Comercio Exterior, Iván Ontaneda, informó que Ecuador estaría listo para integrar el bloque comercial a mediados de 2020.
“Ecuador, gracias a #ElGobiernoDeTodos, se ha preparado para convertirse en el quinto Estado que integre plenamente la @A_delPacifico; una asociación que no solo beneficiará a cinco países, sino a toda una región. Creemos firmemente en lo que somos capaces de contribuir”, informó vía Twitter el secretario de Estado.
Estos movimientos geopolíticos debilitaron las estructuras creadas por los gobiernos predecesores del llamado socialismo del siglo XXI.
Con respecto a los antiguos aliados como Cuba y Venezuela las relaciones ahora son complejas. El Gobierno ecuatoriano rompió en noviembre pasado convenios con La Habana en materia de salud que incluía cooperación científica, que datan del 2013.
La cancelación se produjo después de que durante las protestas realizadas en Ecuador, en octubre pasado, las autoridades registraran un flujo inusual de ingreso de extranjeros al país con pasaporte oficial de Cuba, algo que el gobierno de la isla negó, de ahí que culpara a Estados Unidos de intentar “sabotear” y “desacreditar” el prestigio de la cooperación internacional del país caribeño en Latinoamérica.
La Venezuela de Nicolás Maduro también fue señalada por un alto funcionario de Estados Unidos de promover disturbios en Ecuador.
El Jefe de Estado ecuatoriano considera que Venezuela se ha constituido en “un Estado fallido que no debe ir más” y respalda la propuesta de Estados Unidos para una “transición democrática” en la nación caribeña, que actualmente está sumida en una crisis social.
Bolivia tampoco escapó al recelo de Moreno. Pero su posición cambió cuando reconoció a Jeanine Añez como presidenta interina del país, tras la renuncia de Evo Morales, acusado de fraude electoral.
Todas estas son señales de un vuelco en la política de Moreno, pero quizá la más significativa fue el recibimiento que realizó al vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en junio de 2018.
Tras diez años de relaciones encontradas entre Quito y Washington, Moreno calificó de histórica la visita de Pence, a la que le siguió la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en julio pasado. (I)
Nuevo Impulso a las relaciones con EE.UU. y cambios en las embajadas.
A inicios de este año el presidente Lenín Moreno realizó un importante cambio en el servicio exterior. Aceptó la renuncia de Francisco Carrión Mena como embajador en Washington para dar “un nuevo impulso” a las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos.
Durante su gestión, que inició en 2017, se normalizaron las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos, país que vio con beneplácito el retiro del asilo diplomático al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, en abril de 2019, tras un acuerdo entre Quito y Londres.
Moreno designó en reemplazo de Carrión a Ivonne Baki, quien presentó sus cartas credenciales al presidente Donald Trump, su amigo personal y quien dio el beneplácito a su nombramiento.
Este mes, motivado por la crisis económica generada por la pandemia del covid-19, el Gobierno anunció el cierre de cinco embajadas y oficinas diplomáticas: Malasia, Irán, Nicaragua, la representación ante la OACI (Canadá) y la Secretaría del Parlamento Andino.
El año pasado cerraron las embajadas en Argelia, Nigeria, Bielorrusia, Etiopía y Angola, y cinco consulados. (I)