Duelo a distancia en París entre Sarkozy y Hollande
La batalla por la elección presidencial francesa se libró ayer en las calles de París, donde los principales candidatos, el presidente saliente de derecha Nicolás Sarkozy y el socialista François Hollande organizaron mítines multitudinarios, asegurando cada uno haber reunido 100.000 personas.
A una semana de la primera vuelta de los comicios, los dos aspirantes a la presidencia organizaron mítines al aire libre a pocos kilómetros de distancia y prácticamente a la misma hora, Sarkozy en la plaza de la Concordia, lugar simbólico puesto que fue ahí que celebró su victoria en 2007; Hollande, favorito según los sondeos, en la explanada del castillo de Vincennes, situado en la periferia de la capital.
A la simultaneidad de las dos manifestaciones, que apareció claramente como una pulseada de movilización popular, siguió la guerra de cifras. Cada uno de los campos reivindicó más de 100.000 participantes, cifras imposibles de verificar.
Nicolas Sarkozy, a quien los sondeos dan perdedor en la segunda vuelta (6 de mayo), volvió a apelar a la mayoría silenciosa tras inscribirse en la continuidad de los grandes personajes de la historia de Francia. Instó a la Francia silenciosa a tomar la palabra. “No tengan miedo, ellos no ganarán si vosotros decidís que queréis ganar”, exclamó, antes de pedir: “¡Ayudadme, ayudad a Francia!”.
En su discurso, Nicolas Sarkozy prometió que, si es elegido, Francia abrirá un debate sobre el papel que el Banco Central Europeo (BCE) podría desempeñar para apoyar el crecimiento de los países de la Eurozona.
“Quiero plantear no solo el problema de las fronteras, sino también el del papel del Banco Central en el apoyo al crecimiento. Es una cuestión que no podremos eludir, porque Europa no quiere perder pie en la economía mundial y debe absolutamente reanudar el crecimiento”, expresó.
François Hollande ha anunciado ya su intención de renegociar, si es elegido, el tratado europeo de disciplina presupuestaria (firmado a primeros de marzo por 25 países europeos) para agregar al mismo un capítulo sobre el crecimiento, un proyecto denunciado por Sarkozy.
A unos kilómetros de distancia del mitin de Sarkozy, el candidato socialista empezó su discurso en la explanada del castillo de Vincennes aludiendo al tiempo, en momentos en que un pequeño claro se abría en un día gris y ventoso.
“El sol brilla, todavía no calienta, pero está llegando”, resaltó. Hollande denunció la actitud de la derecha que agita el miedo, y afirmó que nada detendrá a los socialistas. “Nosotros vamos a conjurar los miedos. La derecha agita el miedo, a falta de suscitar la adhesión.
El candidato saliente conoce la dificultad de su situación, no es cuidadoso sobre los argumentos susceptibles de atemorizar a los franceses”, agregó