Do Won Chang inspira a los emprendedores
No fue un camino simple sino uno que define el “Sueño Americano”: empezar de la nada y con la idea visionaria de cumplir sus metas.
La historia del migrante surcoreano Do Won Chang fue calificada por la revista Forbes como la invitación para arrojase contra el muro antiinmigración por el que tanto aboga el presidente Donald Trump.
Do Won Chang y su esposa, Jin Sook Chang, llegaron a Estados Unidos en 1981 con el único objetivo de superarse.
Luego de tres años en los que trabajó limpiando oficinas, lavando platos, con sueldos mínimos y turnos agotadores -al igual que la mayoría de los migrantes- logró reunir con su esposa $ 11.000.
Este capital le sirvió para comprar su primera tienda de ropa con el nombre Fashion 21, hoy Forever 21.
Actualmente el patrimonio neto del matrimonio es de $ 3.000 millones y ambos ocupan el puesto 222 de la lista de los más pudientes de Forbes. Todo gracias al éxito de la marca de ropa, que tiene tiendas a nivel mundial, incluso en Ecuador.
Más del 10% de la lista anual de Forbes, formada por las 400 personas más ricas de Estados Unidos, son inmigrantes, entre ellos Sergey Brin, cofundador de Google; Jan Koum, de WhatsApp; entre otros. Sin embargo, un informe estadounidense reveló que el número de pequeñas empresas que no logran sobrevivir más allá de los primeros 5 años de vida (desde el negocio de barrio hasta las startups tecnológicas) supera ampliamente el 50%.
Con todo, la historia de los Chang sigue inspirando a los emprendedores.
A diferencia de la década de los 80, la economía digital actualmente concentra la mayor parte de los nuevos proyectos de los jóvenes que intentan abrirse paso en el mercado global, indica un reportaje de la BBC Mundo.
El sueño americano
“Siempre había soñado con venir a EE.UU. Aunque sigue pasando, antes existía la percepción de que era aquí donde estaban todas las oportunidades: había mucha gente detrás del sueño americano”, cuenta Do Won Chang en una entrevista con Forbes.
En 1981, el año en que decide migrar hacia Estados Unidos, Corea del Sur vivía tiempos oscuros y caóticos.
Dos años antes el líder del país fue asesinado, por lo que la nación pasó por un periodo de tumultos dominado por una ley marcial, un golpe de Estado y represiones a todo intento democrático.
“En aquel momento era imposible vivir dignamente en Corea del Sur, apenas existían oportunidades”, contó Do Won.
Pero para comenzar una nueva vida en un país desconocido pensó que era mejor migrar casado. Unos amigos le presentaron a Jin Sook.
El multimillonario indicó que aunque no fue un matrimonio concertado como tal-una tradición aún muy arraigada en Corea del Sur-, cuando accedieron a conocerse no era para tener una simple cita, sino con el propósito de casarse. Y así ocurrió, ambos se casaron.
Antes de llegar a Los Ángeles, ciudad donde instalaron su primera tienda, la pareja pasó por Hawái para obtener la green card o permiso de residencia permanente. Después llegaron a California, donde ya vivía la hermana de Do Won.
El empresario relató que llegó un sábado y luego de llamar a las páginas de empleos de los diarios, el domingo tuvo una entrevista.
El lunes ya estaba fregando platos y sirviendo cafés por $ 3 la hora.
“No era suficiente para sobrevivir. Conseguí un segundo trabajo, de ocho horas diarias, en una gasolinera, pero seguía sin ser suficiente para complementar y logré un tercer empleo limpiando una oficina por la noche”.
Tenía 22 años. Jin Sook, por su parte, consiguió un trabajo como peluquera, profesión que siempre ejerció.
Su ingreso a la industria
El empresario indicó que despachando gasolina se percató de que los mejores coches pertenecían a los que trabajaban en la industria de la moda. Esto lo inspiró a conseguir un nuevo empleo en una tienda de ropa. Ahí se enfocó en aprender.
“Traté a esa tienda como si fuese mi propio negocio, y a mi jefe le gustó”, detalló Do Won. Tras recaudar el capital necesario compró una tienda ubicada en Los Ángeles.
El antiguo dueño del local facturaba $ 30.000 al año. Fashion 21 alcanzó a vender $ 700.000 en 12 meses gracias a que la pareja logró comprar directamente a los fabricantes.
Luego se fijaron la meta de abrir un nuevo establecimiento cada seis meses. El resto es parte de la gran historia del imperio Forever 21.
Pese a ser una empresa gigantesca, la familia Chang está al frente de la organización y las dos hijas del matrimonio trabajan en la firma.
Ambas también comenzaron su propia aventura empresarial: Riley Rose, un negocio de productos de belleza.
Aunque Do Won relató su historia en Forbes, de su esposa que mantiene un bajo perfil solo se conoce que gracias ella las bolsas de la tienda están grabadas con el versículo bíblico Juan 3:16: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Este es un mensaje poco común en el mundo del mercadeo, que habitualmente prefiere no asociar las marcas a credos religiosos. (I)