La Casa Blanca reafirma la aplicación del embargo estadounidense sobre el país caribeño
Donald Trump desactiva el proceso de apertura hacia Cuba y limita los viajes
Treinta meses después de que Barack Obama iniciase el histórico deshielo con La Habana, Donald Trump dio marcha atrás al proceso de apertura.
Durante un discurso en el teatro Manuel Artime de la Pequeña Habana, en Miami, Florida, el mandatario advirtió que no continuará en el proceso de normalización con la isla si no hay avances democráticos como “elecciones libres” y la liberación de los presos políticos. Además, restringió los viajes de estadounidenses a ese país y las transacciones con el Ejército cubano.
Acompañado del vicepresidente Mike Pence, varios integrantes de su gabinete, el gobernador de Florida, Rick Scott, congresistas de origen cubano como Marco Rubio, Mario Díaz Balart y Carlos Curbelo, y representantes de la disidencia cubana, Trump reafirmó su apoyo al embargo comercial y financiero estadounidense a la isla y la oposición a los llamados en las Naciones Unidas y otros foros internacionales para que el Congreso lo levante.
Trump ofreció a La Habana un “acuerdo mejor, justo y con sentido”, pero pidió al régimen cubano, al que califica de “brutal” que conceda: “Libertad de reunión, legalización de partidos políticos y unas elecciones libres con supervisión internacional”. Insistió sobre la situación actual en Cuba: “El fin está en un futuro muy cercano”.
El Mandatario aseguró que Cuba sufre desde “hace décadas” el régimen de Castro, pero que eso no debe repetirse en Venezuela.
“La política reafirma el embargo estadounidense impuesto por ley a Cuba y se opone a los llamados dentro de Estados Unidos y otros foros internacionales para acabar con él”, indicó la Casa Blanca en un comunicado mientras Trump hacía los anuncios. De hecho, durante su discurso, el Mandatario prometió que cumpliría con el bloqueo ya que el levantamiento del embargo es algo que solo puede decidir el Congreso, controlado ahora por los republicanos en ambas cámaras.
Los cambios
El mandatario no planea romper las relaciones ni deshacer los mecanismos diplomáticos que estableció su predecesor en la Casa Blanca, pero tampoco pretende profundizar el proceso de normalización si el Gobierno cubano no está dispuesto a hacer concesiones.
Así, la reversión de las políticas de la anterior administración afectaría 26 acuerdos firmados, entre 2015 y 2017 con La Habana, en el marco del acercamiento entre ambas naciones impulsado por Obama y el presidente cubano, Raúl Castro.
La nueva política impide, especialmente, cualquier transacción financiera con el Grupo de Administración de Empresas (Gaesa), un holding estatal cubano que -según Washington- beneficia a altos jefes de las Fuerzas Armadas. “No apoyaremos el monopolio militar que oprime a los cubanos”, clamó el mandatario estadounidense.
Trump también fijó medidas más estrictas para controlar que los estadounidenses que viajen a la isla lo hagan, en efecto, en el marco de las 12 categorías ya implementadas por Obama, ninguna de las cuales incluye el turismo. Se dispone a eliminar una de las modalidades más extendidas, la denominada “persona a persona”, que permite desplazarse a Cuba fuera de grupos organizados alegando motivos educacionales. No toca, sin embargo, los viajes familiares de cubanoamericanos, básicos para las remesas y la subsistencia de negocios particulares en la isla.
Con la aprobación de estos controles, las aerolíneas, las operadoras de cruceros y la industria turística, que hicieron millonarias inversiones en los últimos dos años, resultarían afectadas, luego de un auge masivo en el turismo entre ambas naciones, que significó un aumento dramático de los vuelos y cruceros.
Más de 285.000 estadounidenses visitaron la isla en los primeros cinco meses de este año, lo que representó un crecimiento de 145% frente a igual período de 2016.
De revertirse la política de apertura, la economía estadounidense sufriría pérdidas por $ 6.600 millones en los próximos cuatro años y 12.295 empleos en todo el país se verían afectados, según un estudio divulgado por el grupo Engage Cuba.
Para el analista Patricio Zamorano el anuncio de Trump es “un mensaje populista, que responde a los sectores más radicales del anticastrismo”. (I)
CRONOLOGÍA
El restablecimiento de la diplomacia entre Estados Unidos y Cuba se dio en la presidencia de Barack Obama y con la intervención silenciosa del Papa Francisco. El líder católico les envió cartas a ambos mandatarios intercediendo siempre por el diálogo. (I)
Llamada telefónica (17/12/2014)
El expresidente de EE.UU., Barack Obama, y su homólogo de Cuba, Raúl Castro, anuncian el inicio del restablecimiento de relaciones bilaterales. (I)
Liberación de Gross (17/12/2014)
El contratista del gobierno estadounidense, Alan Gross, preso en la isla por 5 años, fue liberado como parte del acuerdo bilateral. (I)
Apretón de manos (11/04/2015)
Histórico apretón de manos entre Barack Obama y Raúl Castro durante su primer encuentro en la Cumbre de las Américas en Panamá. (I)
Lista EE.UU. (29/05/2015)
El Departamento de Estado anunció que oficialmente retiró a Cuba de la lista estadounidense de países que patrocinan el terrorismo. (I)
Abren embajadas (20/07/2015)
Ambas naciones abren sus embajadas. Por primera vez en 70 años, un secretario de Estado estadounidense (John Kerry) llega a Cuba. (I)
Segundo encuentro (26-29/09/2015)
Castro interviene por primera vez en la Asamblea de la ONU. Posteriormente se reúne con Obama para suavizar el embargo. (I)
Compensaciones (08/12/2015)
En La Habana abordan por primera vez las compensaciones económicas mutuas por las nacionalizaciones, tras la Revolución de Cuba. (I)
Envíos de remesas (16/03/2016)
El expresidente de EE.UU., Barack Obama, levantó las restricciones de viajes y envíos de remesas. Adopta medidas para facilitar comunicaciones. (I)
Obama en Cuba (21/03/2016)
Barack Obama se convirtió en el primer presidente de EE.UU. en poner un pie en Cuba después de 88 años, afianzando su relación. (I)