Rousseff propone pacto nacional contra la corrupción al asumir segundo mandato
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, prometió en su discurso de investidura este jueves investigar con rigor la corrupción en la estatal Petrobras y anunció medidas de ajuste para reactivar el crecimiento económico sin afectar los programas sociales para los más pobres.
"Vamos a investigar con rigor todo lo malo que ocurrió y fortalecerla cada vez más. Vamos principalmente a crear mecanismos que eviten que hechos como estos vuelvan a ocurrir", dijo la mandataria tras prestar juramento ante el Congreso. Sostuvo que "no tiene miedo" de los desafíos que esto representa.
Rousseff, de 67 años, agregó que al mismo tiempo que promoverá sanciones contra los responsables de la enorme red de corrupción descubierta en la mayor empresa de Brasil, la protegerá "de depredadores internos y de sus enemigos externos".
Petrobras, principal inversionista del país, está en el centro de una trama de corrupción que involucra a un cartel de las principales constructoras del país, que pagaban millonarios sobornos a cambio de contratos.
Treinta y nueve personas están siendo procesadas por la justicia, y varios políticos aliados del gobierno pueden correr la misma suerte. La policía estima que la red de corrupción movió unos 4.000 millones de dólares en la última década.
"Tenemos que saber investigar y saber castigar sin debilitar a Petrobras, ni disminuir su importancia para el presente y para el futuro. No podemos permitir que Petrobras sea blanco de un cerco especulativo de intereses", expresó.
Rousseff fue más allá del caso de la petrolera y planteó un "gran pacto nacional contra la corrupción que implica a los grandes grupos de poder en el sector público y privado".
En ese sentido, prometió enviar al Congreso en el primer semestre del año un paquete de cinco medidas para facilitar los procesos y aumentar las penas contra los corruptos.
"En su esencia, estas medidas tienen el objetivo de garantizar procesos y juicios más rápidos y penas más duras, pero jamás podrá agredir el amplio derecho de defensa", anticipó.
Ajuste sin afectar logros sociales
Durante su discurso de 40 minutos, Rouseff anunció asimismo que aplicará medidas de ajuste económico para contrarrestar el débil crecimiento durante los cuatro años de su primer gobierno.
"Más que nadie sé que Brasil necesita volver a crecer, los primeros pasos de ese camino pasan por un ajuste en las cuentas públicas, un aumento en el ahorro interno, ampliación del crecimiento y elevación de la productividad de la economía", sostuvo.
En ese sentido, agregó: "Haremos eso con el menor sacrificio posible para la población, en especial para los más necesitados".
"En este nuevo mandato vamos a crear, por medio de una acción firme y sobria en la economía, un ambiente todavía más favorable para los negocios, la actividad productiva, la inversión, la innovación, la competitividad y el crecimiento sustentable", indicó.
Más allá de la corrupción y los problemas económicos, la presidenta aseguró en su discurso que la "gran prioridad" será la educación. "Solo la educación libera a un pueblo y abre las puertas para un futuro próspero", dijo. "Me gustaría anunciar el nuevo lema de mi gobierno (...). Brasil, patria educadora".
Ante el pleno de la Cámara de Diputados, en Brasilia, la Mandatario juró su segundo mandato. "Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución; observar las leyes; promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unidad, la integridad y la independencia de Brasil, así lo prometo", sostuvo en la sesión solemne encabezada por el presidente del Senado, Renan Calheiros.
El nuevo mandato de la primera mujer en llegar a la Presidencia brasileña elevará a 16 años el período del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder en Brasil, tras los ocho años de Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), el padrino político de Rousseff.
Tras el juramento de Rousseff, de 67 años, su vicepresidente, Michel Temer, un abogado de 74 años, asumió el mismo compromiso.
Luego de las fórmulas de rigor en una ceremonia abierta con la interpretación del himno nacional por parte de la banda de fusileros navales, Calheiros declaró a Rousseff y a Temer investidos como presidenta y vicepresidente de Brasil, respectivamente, para el período 2015-2018.
La jefa de Estado fue reelegida para un segundo mandato en octubre pasado en la campaña más disputada en los últimos años en Brasil y con una ventaja de escasos tres puntos porcentuales sobre el senador Aécio Neves, que prometió liderar una enérgica oposición en los próximos cuatro años.
A la ceremonia de investidura asistieron los presidentes de Bolivia, Chile, Costa Rica, Paraguay, Uruguay y Venezuela, así como los vicepresidentes de China, Estados Unidos y Argentina -en esa orden los mayores socios comerciales de Brasil- y delegaciones de otros 70 países.
La única presidenta ausente entre los países del Mercosur fue la argentina Cristina Fernández, quien sufrió una fractura en un tobillo y envió en su lugar al vicepresidente Amado Boudou.