Los familiares de las víctimas fueron informados previamente de la detención
Detienen a policía que participó en masacre (Galería)
El exjefe de policía de Cocula, el municipio mexicano donde según declaraciones de testigos fueron masacrados los estudiantes de Ayotzinapa, fue detenido por participar presuntamente en la entrega de los jóvenes a una organización criminal, informó la fiscalía.
El 16 de noviembre se registró “la captura de César Nava González, exsubdirector de la policía de Cocula, Guerrero, integrante de la organización criminal autodenominada Guerreros Unidos”, dijo la fiscalía en un comunicado de prensa.
La detención fue notificada antes a los padres de los 43 estudiantes desaparecidos durante una reunión informativa con altos funcionarios mexicanos.
Nava González se encontraba prófugo desde los días posteriores a la desaparición de los jóvenes. Se refugió primero en el Distrito Federal y luego Colima (oeste), donde fue detenido por los delito de delincuencia organizada y secuestro. El exjefe policiaco se encuentra recluido en una cárcel de Jalisco (oeste).
Los jóvenes, que estudiaban para ser maestros en la escuela rural de Ayotzinapa, fueron brutalmente atacados el 26 de septiembre por policías municipales de Iguala, en el convulso estado de Guerrero (sur), y entregados en el vecino municipio de Cocula al cartel de Guerreros Unidos que, según tres testigos presentados por la fiscalía, los asesinaron, calcinaron y arrojaron sus cenizas a un río.
Nava González confesó que la noche del 26 al 27 de septiembre, cuando todavía ocupaba su cargo, respondió al llamado del jefe de la policía de Iguala, Felipe Flores Velázquez, que sigue prófugo, para que le ayudara en la detención de los jóvenes, dijo Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los 43 desaparecidos.
El hoy exjefe de policía ha confesado que se trasladó de Cocula a las celdas de la policía de Iguala para sacar de ahí a los estudiantes, llevarlos a un lugar en la entrada de su municipio y entregarlos a integrantes del cartel de Guerreros Unidos, indicó Rosales, que consideró escasos los avances presentados por las autoridades.
Los padres de los 43 estudiantes rechazan la información que indica que los jóvenes, según los testimonios, fueron asesinados y aseguran que están secuestrados. La desaparición desató la movilización social que ha provocado la peor crisis del gobierno de Enrique Peña Nieto.