La entrega de los Fusiles en 1994 fue un gesto religioso, afirma exguerrillero del ELN
Desarme de guerrillas, tema álgido en Colombia
Cuando varias guerrillas colombianas se desmovilizaron hace dos décadas, sus armas se fundieron para hacer campanas de iglesias, otras se lanzaron al mar, pero ninguna fue entregada al gobierno. En pleno proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el neurálgico tema del desarme genera polémica en Colombia.
León Valencia, exguerrillero de una facción del Ejército de Liberación Nacional (ELN) (foto), que se desmovilizó en 1994, contó a la AFP su experiencia: “Hicimos la dejación de armas, las pusimos en una tarima grande y esas armas se fundieron y se convirtieron en campanas para siete pueblitos”, expresó.
Para Valencia, que hoy encabeza la fundación Paz y Democracia para el análisis del conflicto armado en Colombia, el gesto fue muy religioso y tuvo que ver con el origen del ELN, inspirado en la Teología de la Liberación.
“Aquí nunca hubo entrega de armas de las guerrillas, es un término que siempre ha significado derrota”, precisó.
Vera Grabe, actual directora del centro de estudios Observatorio para la Paz, explicó que en Colombia sigue vivo el traumático recuerdo de la entrega de armas por parte de los milicianos liberales al finalizar la época de La Violencia en los años 1950, que luego resultaron masacrados con esos mismos fusiles.
El punto es uno de los más sensibles en las conversaciones de paz que el gobierno adelanta desde noviembre de 2012 en Cuba con las FARC, proceso al que espera sumarse el ELN para poner fin a un conflicto de más de medio siglo.
“Repetimos, nadie va a tener la foto de la entrega de armas de las FARC”, dijo en agosto Andrés París, uno de los negociadores de esa guerrilla. Sin embargo, para el jefe de la delegación, Humberto de la Calle, para firmar la paz los guerrilleros “tienen que entregar las armas”.
Un monumento a la paz creado con armas fundidas
En 1991, el líder del M-19, Carlos Pizarro, dijo a sus combatientes: “Oficiales de Bolívar, rompan filas” y después envolvió su pistola en una bandera y la dejó sobre una mesa junto al resto de las armas ante una comisión internacional.
“Siempre hemos pensado en hacer una especie de monumento a la paz, pero estamos esperando que se selle una paz definitiva”, indicó. Para el exguerrillero del ELN, Fernando Hernández, “no hay una fórmula única” para resolver el tema.