Con miras a las elecciones presidenciales de Estados Unidos 2020, el primer grupo de 10 candidatos demócratas se enfrentó en un debate, moderado por presentadores de la cadena NBC, para mostrar a los estadounidenses por qué cada uno es el mejor para reemplazar a Donald Trump en la Casa Blanca.

Cuatro temas se destacaron en la primera parte del debate de dos horas, como la economía, la salud, la inmigración y la política nuclear.

Los demócratas están unidos en su profundo deseo de vencer a Trump, pero divididos sobre qué tipo de candidato está mejor posicionado para hacerlo.

Los aspirantes, como Elizabeth Warren, exigen un cambio que incluya la adopción de prioridades políticas liberales, como la atención médica universal gratuita, la universidad libre de deudas, una política de inmigración indulgente y los impuestos más altos para los ricos.

Por otro lado, los demócratas con mentalidad pragmática, como Joe Biden y el poco conocido exrepresentante de Maryland, John Delaney, piden soluciones políticas modestas que podrían atraer apoyo bipartidista.

El voto latino en la mira
El exrepresentante Beto O’Rourke, de Texas, respondió en español una parte de la primera pregunta que le hicieron. La pregunta era sobre la tasa de impuestos que deben pagar los ricos y el resto del país, O’Rourke dijo: “necesitamos incluir a todas las personas en el éxito de esta economía”.

Otros dos aspirantes presidenciales que hablaron una parte en español fueron el senador Cory Booker, de Nueva Jersey, y Julián Castro, exsecretario de Vivienda del gobierno de Barack Obama.

Uno de los moderadores, José Díaz-Balart, también se involucró en el acto y le hizo una pregunta en español a O’Rourke sobre la frontera  antes de repetirla en inglés.

Si la importancia de los votantes latinos para los demócratas estaba en duda, la noche del miércoles fue una prueba de que el partido quiere apelar a ellos.

Según los datos del censo recopilados en la encuesta sobre comunidad, el 21,3% de las personas en Estados Unidos habla un idioma distinto al inglés en el hogar. La mayoría, el 13,2% de las personas en Estados Unidos, habla español en casa.

El porcentaje es mayor en algunos estados demócratas claves, como California, que cambió su elección primaria a una etapa más temprana del proceso para 2020. Ahí el 28,7% de las personas habla español en casa.

La migración en el debate
Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts y una de las voces izquierdistas en EE.UU., era la favorita del grupo y se marchó con la misma vitola.  

Los otros nueve participantes no tuvieron una actuación sobresaliente y están destinados a ser comparsa en estas primarias, excepto alguna sorpresa mayúscula, coincidieron analistas.

“No hubo ninguna irrupción fulgurante, ningún candidato tapado, ninguna propuesta sorprendente, ningún incidente que cambie la dinámica de las primarias. ¡Aburrido!”, comentó Donald Trump desde Twitter, en medio de su viaje a Japón para asistir al G20.

El resto de pesos pesados -Joe Biden, Bernie Sanders, Kamala Harris y Pete Buttigieg- se preparaba para la segunda ronda programada  para anoche.

Un punto clave de la discusión fue la política migratoria actual en Estados Unidos.

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, expresó que los demócratas deben ser el partido de los trabajadores y los inmigrantes.

Julián Castro dijo que si fuese presidente, firmaría una orden ejecutiva para eliminar las políticas de cero tolerancia de Trump, la política de permanecer en México.

Booker, por su parte, indicó que no hay que satanizar a los migrantes. Asimismo, O’Rourke enfatizó que “no colocaría a niños en jaulas”.

Los candidatos, en general, dijeron que tratarían el tema con respeto y dignidad, y afirmaron que los migrantes representan también un factor de crecimiento económico en Estados Unidos. (I)