Las demandas al gobierno de Piñera aumentan
La gran marcha contra las políticas sociales del gobierno de Sebastián Piñera congregó ayer a casi un millón de personas en el centro de Santiago, en un ambiente de efervescencia popular, confirmó la Intendencia de la capital de Chile.
Miles de personas se reunieron ayer en Santiago para exigir reformas constitucionales que mejoren su calidad de vida y la renuncia del mandatario. Las movilizaciones se replicaron en otras regiones, como Antofagasta, Concepción y Temuco.
La jornada inició con una huelga de un sector de las líneas del transporte público y de camioneros, que demandan no se cobren más peajes en carreteras y autopistas que rodean Santiago.
El país sudamericano vive hace ocho días multitudinarias y violentas manifestaciones que han dejado hasta ahora 19 muertos, cinco de ellos extranjeros.
El envío al Congreso de dos proyectos de ley para congelar el alza en las tarifas de la electricidad y aumentar $ 30 a las pensiones de los más pobres no logran desactivar las manifestaciones, que además exigen la suspensión del estado de emergencia declarado por el Gobierno.
Centenares de camiones circularon lentamente por el tramo de la ruta que une el país de norte a sur y que pasa por un costado de la capital. A ellos se sumaron automovilistas y motociclistas que ondeaban banderas chilenas y letreros que decían “No+TAG”, un peaje que se paga en autopistas y carreteras construidas por privados.
En las autopistas de la capital chilena los automovilistas pagan en promedio entre $ 35 y $ 130 mensuales, depende del uso. Los camiones pagan valores superiores por los extensos trayectos por las carreteras del país.
A su vez, el paro de medio centenar de recorridos del transporte público complicó la situación de la periferia sur de Santiago, que perdió la línea del subterráneo por los saqueos e incendios en las estaciones. Las autoridades afirman que la línea tardará casi un año en ser repuesta.
El subterráneo movía 2,4 millones de personas a diario en sus seis líneas. Ayer solo funcionó el 39% de sus estaciones.
En la capital 4.000 autobuses reforzaron el transporte público después del estallido social que inició el pasado viernes por el alza en las tarifas del metro, que tras cinco días de protestas fue derogada.
Las protestas derivaron en violentos saqueos e incendios de supermercados, farmacias, grandes tiendas y comercios, seguidos de multitudinarias manifestaciones en el país. En 12 de las 16 regiones hay estado de emergencia y toque de queda.
Marchas, pedidos y abusos
Miles de manifestantes llegaron la tarde de ayer al sector Plaza Italia, en Santiago, para concentrarse en lo que denominaron “la marcha más grande de Chile”.
Desde la plataforma Unidad Social informaron que la movilización es para exigir la retirada de los militares de las calles. Además, de la derogatoria de las leyes que vayan en contra del pueblo y que se realice una nueva Constitución a través de asambleas constituyentes.
Previamente, personal que laboraba en el Congreso Nacional de Chile, ubicado en la ciudad de Valparaíso, fue evacuado por precaución ante los disturbios que se registraron en las inmediaciones, entre manifestantes y fuerzas del orden.
Muchas de las manifestaciones han sido fuertemente reprimidas y aumentan las denuncias de uso excesivo de la fuerza y abusos por parte de la policía.
La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, enviará el lunes una misión para examinar las denuncias de violaciones a los derechos humanos en el país. (I)