De Patrimonio Cultural a ruinas
Daniele, uno de los supervivientes del sismo de 6,2 grados en la escala de Richter que afectó a Italia, no asimila la devastación de la localidad de Amatrice en la que disfrutaba de caminatas por la montaña y amaneceres apacibles. Tras el movimiento telúrico se levantó y al encender la linterna de su celular vio que su habitación estaba dañada. Logró salir de su casa junto a su novia, se salvaron, pero a ese momento de alivio siguieron los peores temores.
“Lo primero que vi al salir fue una casa verde, preciosa, totalmente destrozada. Era la casa que marcaba el inicio del pueblo, casi un símbolo para nosotros. En la calle de entrada, vi que todo había estallado. Mi novia y yo estamos vivos. El pueblo, nuestra vida, están destrozados”.
La historia de Daniele, que citó el diario El País, es tan solo una de las vivencias que se escuchan en las localidades de Amatrice y Accumoli, devastadas tras el sismo. No obstante, es Arquata del Tronto en donde Martina Turco protagoniza una de las experiencias más desgarradoras.
Turco es originaria y sobreviviente de L’Aquila, ciudad que en 2009 fue golpeada por otro terremoto que dejó 308 muertos. Según reporta la agencia Ansa, tras el trauma de esa tragedia decidió mudarse a Ascoli. Sin embargo, como tenía vacaciones viajó junto a su esposo e hija a Arquata donde la sorprendió el sismo. Aunque ella y su esposo fueron rescatados con vida su hija de 18 meses falleció.
Historia cultural en ruinas
Amatrice y Accumoli, dos de las zonas más afectadas, fueron localidades ricas en historia y cultura, rodeados por la naturaleza montañosa de los Apeninos.
La atracción turística de Amatrice es ser la cuna de los espaguetis a la amatriciana, elaborados con una salsa de tomate y queso de oveja. A este plato anualmente -durante estos días- le dedican un popular festival al que acuden miles de turistas.
Esta localidad obtuvo su nombre en el siglo XI y en 1265 entró a formar parte del reino de Nápoles. Además fue escenario de revueltas y durante los siglos XIV y XV luchó con ciudades y castillos vecinos para defender sus límites. Hasta hace días mantenía monumentos arquitectónicos bien conservados, la mayoría datan entre los siglos XIII y XVIII, por lo que tenía estilos diferenciados como barroco o renacentista.
La urbe también era considerada un punto de peregrinación por albergar a 100 iglesias, entre las que destacaba la basílica de San Francisco, de estilo gótico.
Por otra parte, los orígenes de Accumoli -de 600 habitantes- se remontan al siglo XII. De acuerdo a su historia esta localidad estuvo bajo el dominio de los normandos y el reino de Nápoles.
Entre sus sitios turísticos estaban la original Torre Cívica, construida en el siglo XII y símbolo de las antiguas libertades comunales, y distintos palacios como el del Podest, característico de la época medieval.
Al lado de estos dos pueblos, ubicados en la región de Lacio, está Norcia -en Umbria- que también fue afectada por el sismo y es conocida por su historia que tiene en el Neolítico y el Imperio romano. Por su arquitectura se practica montañismo y caza.
Norcia es famosa por sus productos gastronómicos en los que constan las salchichas y el jamón hechos de jabalí y de cerdo.
Estas tres localidades, además de ser consideradas como patrimonio histórico, están ubicadas en un paraje natural único, concretamente en el parque nacional de los Montes Sibilinos y el del Gran Sasso y montes de la Laga.
Rescatistas mantienen esperanza
“Vamos a trabajar lo que sea necesario. No perdemos la esperanza de encontrar gente viva”. Luigi D’Angelo, responsable de la protección civil de Amatrice, coordina desde la madrugada del miércoles las operaciones de socorro y mantiene la esperanza de cientos de familias.
Él junto a 6.500 miembros de la fuerza de seguridad y voluntarios también corren peligro y una muestra fue el sismo de 4,3 grados que ayer generó terror entre los bomberos que trabajan en esa zona. Un grito advirtió desde adentro del pueblo que todo estaba bien, ningún herido, ninguna viga caída. Siguieron escarbando.
Por su parte, los sobrevivientes pasaron la primera noche en las tiendas levantadas en las localidades más castigadas por el sismo. Muchos prefirieron dormir en sus automóviles y otros cientos se mudaron a casas de parientes en otras partes de Italia, sobre todo en Roma.
Actualmente la aldea está dividida en dos, la prensa puede acceder tanto del norte como del sur, pero en el medio se encuentra el sector prohibido, la zona muerta, donde grúas, excavadoras y socorristas están trabajando sin parar en busca de cualquier rastro de vida. (I)