Dalái lama denuncia la mala situación de los derechos humanos en Asia
El dalái lama ha prestado este lunes su apoyo a una declaración firmada en Praga que critica el "deplorable" estado de los derechos humanos en Asia y que pide más compromisos para mejorar la situación en países como China, Corea del Norte, Irán o Siria.
Además del dalái lama -líder espiritual tibetano- firmaron esta declaración el expresidente checo, Vaclav Havel, el exministro de Asuntos Exteriores de Francia Bernard Kouchner y la premio Nobel de la Paz iraní, Shirin Ebadi, entre otros.
"Se ha prestado poca atención al estado de los derechos humanos en Asia, que es deplorable. Si miramos a China, Corea del Norte, Irán, Siria, etc. vemos estancamiento o que ha ido a peor", se dice en la declaración.
"Una China más abierta, libre y democrática es de gran importancia para Asia y el mundo entero", añade el texto, que coincide con el 63 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y del primer aniversario de la entrega del Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo, en arresto domiciliario en su país.
El dalái lama Tenzin Gyatso ha participado en Praga en la conferencia "Democracia y derechos humanos en Asia: una año después de la silla vacía de Oslo", el alusión al disidente chino Liu Xiaobo, galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2010 y quien no pudo recoger el premio personalmente por encontrarse encarcelado en su país.
Durante su participación en esta conferencia, el dálai lama ha recordado que China puede beneficiar mucho a todo el planeta pero que el país carece de respeto internacional porque otros lo temen.
Quien fuera premio nobel de la Paz en 1989, indicó que el gigante asiático necesita más democracia, respeto a los derechos humanos, libertad de expresión y el imperio de la ley, según la agencia CTK.
El dalái lama también se refirió a su decisión de ceder este año todas sus responsabilidades al nuevo líder político elegido por el exilio tibetano, Lobsang Sangay.
"Fue la elección correcta. Confío en él. Pero la verdad es que ha perdido un poco su idioma tibetano hablado y escrito. Tendré que examinarle", bromeo el clérigo budista, de 75 años.
Sobre su lucha por el reconocimiento de la autonomía de la región del Tíbet por las autoridades chinas, dijo que "hay que ser realistas", pero en ningún momento se sintió frustrado.
"No queremos la independencia, sino la inclusión de nuestras autonomía en el marco de la constitución china", recordó.