El Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada, un documento que plantea a los Estados  iniciativas de carácter voluntario, será sometido hoy y mañana en Marrakech (Marruecos), al escrutinio de 180 países y tendrá un impacto potencial en 258 millones de inmigrantes.

Esta es la cifra más reciente sobre la migración que manejan los organismos especializados y entidades asociadas a Naciones Unidas, bajo cuya égida se discutió durante dos años el texto de ese documento.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), los migrantes representan el 3,4 % de la población mundial, con una media de edad de 39 años. De ellos, 48 % son mujeres y el 14 % tiene menos de 20 años.

Por regiones, dos tercios de los inmigrantes viven en Europa o Asia y el 64 % del total  cambiaron de país con el propósito de trabajar.

Ello implica que el 2 % de la población mundial está constituida por trabajadores inmigrantes, un dato que contrasta con la inminente amenaza de una invasión de extranjeros a la que aluden algunos gobiernos para desmarcarse del Pacto en cuya elaboración participaron hasta el final.

“Me preocupa la credibilidad de aquellos que acordaron algo y ahora toman una posición diferente”, lamentó la representante de la ONU para la migración internacional, Louise Arbour.

Según la OIM, el 22 % de la población mundial prefiere mantener los niveles nacionales de inmigración a los niveles actuales.

Hungría, Austria, Bulgaria, Estados Unidos, Polonia, Israel y la República Checa quieren retirarse del Pacto, aducen que el documento contiene elementos que conducen a una pérdida de soberanía.

A ese respecto, Arbour insistió en que el pacto mundial sobre migración no es “vinculante”, es decir no obliga a ningún país a nada, ya que de otro modo no hubiese sido posible negociarlo en un plazo tan corto.

Su enfoque es actuar “de forma cooperativa para evitar tomar medidas coercitivas en el futuro”, enfatizó  Arbour. Uno de sus objetivos es promover transferencias seguras y baratas de remesas, que según la OIM representaron $ 466.000 enviados a los países de ingresos bajos y medios en 2017.

La contribución de los inmigrantes a través de esos envíos de dinero supusieron el 9,4 % del total del Producto Bruto Global en 2015, último año del que se tienen cifras fiables.

Bien implementado -asegura- el Pacto servirá bien para manejar “con espíritu de cooperación” la realidad de la movilidad humana, que en el futuro se complicará aún más por los cambios demográficos, en la naturaleza del trabajo, las nuevas tecnologías y a las consecuencias del cambio climático. (I)