Corea del Norte rechaza el modelo libio de desnuclearización
Corea del Norte plantea cancelar la cumbre prevista para el 12 de junio en Singapur entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente estadounidense, Donald Trump. Esto si Washington insiste en que desmantele su programa nuclear de forma unilateral e inmediata.
Tras cancelar este miércoles 16 de mayo su reunión de alto nivel con Corea del Sur, Pyongyang justificó su decisión bajo la “provocación” de las maniobras militares que realizan Seúl y Washington.
De acuerdo con Corea del Norte, esas maniobras vulneran la Declaración de Panmunjon suscrita el 27 de abril por los líderes de ambos países en la ciudad, donde se encuentra la frontera entre las dos Coreas y que establecía un compromiso por la paz permanente y la completa desnuclearización de la península.
En los ejercicios militares, denominados “Max Thunder 2018”, que comenzaron el viernes pasado y durarán dos semanas, un centenar de aviones participa, entre ellos ocho del tipo F-22, indetectable al radar, cazabombarderos F-15 y bombarderos estratégicos B-52.
Horas más tarde la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, informó a la cadena Fox que tienen la esperanza de que la reunión se efectúe y que estaban preparados para “una dura negociación”.
“Como el presidente ha dicho muchas veces, estamos preparados para esta reunión. Y sino, continuaremos con la campaña de máxima presión que teníamos en marcha”, advirtió Sanders.
China, el único aliado de Pyongyang de peso internacional, expresó que espera que la cumbre siga adelante.
Seúl tachó de “lamentable” la “decisión unilateral” de Corea del Norte de posponer las conversaciones, al considerar que no se ajusta “al espíritu y propósito de los acuerdos alcanzados entre los líderes de ambos países”, según un comunicado del Ministerio surcoreano de Unificación.
El modelo libio
Washington presiona para que Pyongyang realice una desnuclearización completa, verificable e irreversible. En cambio, Corea del Norte no se comprometió públicamente a este extremo.
El viceministro de Relaciones Exteriores, Kim Kye Gwan, comunicó en una nota de prensa que las propuestas de Washington para que desmantele de golpe su programa nuclear no supone un intento de solventar el problema a través del diálogo.
Pyongyang acusa a Washington de “tratar de imponer el destino de las derruidas Libia e Irak” a su país.
“Funcionarios de la Casa Blanca y la secretaria de Estado, incluyendo al asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, andan soltando afirmaciones sobre el programa de desarme al estilo Libia”, acusa en la misiva sobre el acuerdo que firmaron en 20013 Trípoli y Washington.
Libia dejó su programa de armas nucleares en 2000 para regularizar sus relaciones con EE.UU. y asegurarse una ayuda económica.
Sin embargo, en 2011, durante una rebelión en contra del líder libio Muamar Gadafi, las potencias de Occidente intervinieron a favor de los rebeldes y fue ejecutado. Corea del Norte siempre dijo que si hubiera mantenido su programa Trípoli habría evitado la intervención militar.
El viceministro también rechazó las ofertas que le hizo el secretario de Estado, Mike Pompeo, de ayuda económica a cambio de la desnuclearización. Este funcionario visitó dos veces Pyongyang y en su último viaje volvió con tres presos estadounidenses.
“Nunca hemos tenido ninguna expectativa de apoyo económico de Estados Unidos y tampoco aceptaremos ese acuerdo en el futuro”, especifica el texto, que califica a Bolton de “repugnante”.
Con esto, Pyongyang advierte a Washington de que si sigue escuchando a Bolton y a otros “seudopatriotas” que insisten en la ‘solución libia’, “las perspectivas de la inminente cumbre Corea del Norte-Estados Unidos y sobre las relaciones de ambas naciones en general quedarán bien claras”.
Bolton fue nombrado como Asesor de Seguridad Nacional hace apenas dos meses, pero no es un recién llegado al tema de Corea del Norte.
A inicios del 2000, cuando era funcionario de la administración de George W. Bush, un comunicado del gobierno norcoreano ya lo definió como “una escoria humana”.
La diplomacia de la cuerda floja
Los analistas consideran que ahora Pyongyang busca redefinir los términos del debate.
En las últimas semanas, además de su llamativa cumbre con el líder surcoreano en la Zona Desmilitarizada que divide a ambos países, Kim se reunió dos veces con el presidente chino, Xi Jinping.
Incluso Pyongyang anunció que desmantelará su sitio de pruebas nucleares con presencia de la prensa y funcionarios.
La corresponsal de la BBC de Londres en Seúl, Laura Bicker, especifica que Corea del Norte quiso que el mundo conociera que esta llegó a la mesa de negociación en una posición de concesión.
“Y en ese sentido, algo hay de cierto: Corea del Norte suspendió todas sus pruebas con misiles, liberó a tres estadounidenses que estaban en cautiverio en el país y firmó con Corea del Sur una declaración conjunta sobre la desnuclearización de la península frente a medios del mundo. Así que escuchar al gobierno Trump llevarse el crédito por un acuerdo que no les gusta es demasiado”, explicó la corresponsal.
Joshua Pollack, del Instituto Middlebury de Estudios Internacionales, coincide con Bicker en que Pyongyang fue irritado por el tono triunfalista estadounidense.
“Los norcoreanos no están contentos con lo que ven y escuchan. Todavía hay un abismo entre las expectativas de la diplomacia en Pyongyang y Washington”, especificó Pollack.
Kim Hyun-wook, profesor en la Academia Nacional Diplomática de Corea, estimó que esta estrategia es una política de riesgo calculado.
Para Thomas Wright, analista del Brooking Institution, en caso de que esa rivalidad de Pyongyang y Washington se torne evidente, Trump podría simplemente sacarse a Bolton de encima.
“A Donald Trump claramente le gusta el tono duro de Bolton, pero bajo la superficie hay diferencias. Trump está preocupado de que Bolton esté demasiado entusiasmado en comenzar una guerra, en vez de solo amenazar con una”, enfatizó Wright. (I)