Un experimento que libera la venta de insumos, equipamientos y servicios especializados para el sector agrícola comenzó hoy en el municipio especial cubano Isla de la Juventud, informaron medios oficiales.

La nueva alternativa comercial está dirigida a las empresas de producción agropecuaria y a los pequeños agricultores y se realizará de manera "liberada y a precios sin subsidio".

Además de los insumos y equipamientos agrícolas, se comercializarán piensos y subproductos de alimento animal, precisó Dignora Wilson, especialista principal de uno de los tres centros comerciales estatales que tienen esa oferta, en un reporte de la Agencia de Información Nacional (AIN).

Hasta ahora la venta de esos suministros a los granjeros es controlada y a precios subsidiados por el Gobierno, pero con el impulso a las nuevas formas de producción no estatales el Gobierno ha puesto en marcha esta iniciativa.

Wilson explicó que disponen en existencia 80 renglones que abarcan toda la variedad de insumos desde insecticidas, fertilizantes, medicamentos, piensos, implementos agrícolas, neumáticos y otros.

Asimismo indicó que para dispensar algunos de los servicios especializados cada unidad comercializadora contará con un ingeniero agrónomo y un médico veterinario, que se encargarán de orientar a los productores que lo soliciten.

Para las adquisiciones, los interesados deberán presentar el Certificado de Tenedor Inscrito, que expide el Registro de Tenencia de la Tierra.

El pago de los insumos y equipamientos se hará en efectivo o mediante cheque en el momento de la compra, con excepción del equipamiento que se acordará a través de contrato económico.

El desarrollo del experimento será evaluado durante un año y dependiendo de los resultados se realizarán "las adecuaciones pertinentes" antes de su generalización en el país, según las fuentes.

La Isla de la Juventud es la segunda en extensión del archipiélago cubano, está situada a 133 kilómetros al sur de La Habana y cuenta con una población de unos 86.110 habitantes.

Este ensayo se inscribe en el "reordenamiento" del sector agrícola que forma parte del plan de reformas económicas impulsadas por el presidente cubano, Raúl Castro, para "actualizar" el modelo económico socialista de la isla.

En Cuba, el incremento de la producción de alimentos es considerado un asunto de "seguridad nacional" ya que el país importa anualmente el 80 % de los alimentos que consume, con gastos de unos 1.800 millones de dólares.