Con la entrada en vigor ayer de la actualización de su política migratoria, Cuba dio un paso más para lograr que los movimientos migratorios sean de forma legal, ordenada y segura, así como para fortalecer su relación con la emigración, bajo el principio de que son medidas aprobadas por decisión soberana del Estado y no responden a presiones ni imposiciones de nadie, informó el diario oficial Granma.

Desde ayer, para viajar al extranjero los cubanos solo necesitan presentar su pasaporte y el visado que exija en su caso el país de destino, de acuerdo con el Decreto-Ley 302 expedido el 11 de octubre de 2012.

El permiso de salida o “tarjeta blanca”, una autorización del Gobierno cubano para viajar, ha sido durante décadas en Cuba una exigencia del gobierno para salir al exterior junto con la llamada “carta de invitación”, trámites que se han suprimido con la nueva ley.

Los cubanos expresaron ayer opiniones favorables hacia la entrada en vigencia de la reforma migratoria. Para Carmen Ramírez, trabajadora de la Oficina Provincial de Normalización de esta capital, la norma constituye un paso positivo porque simplifica los trámites considerados engorrosos para viajar.

El comunicador Carlos Ríos aseveró que las normas, con las cuales el Gobierno ratificó su voluntad de fortalecer los vínculos de esta isla con su emigración, representan “un paso importante y vital para el país”.