Presidenta de Argentina convocó a la unidad nacional durante aniversario de la Revolución de Mayo
La presidenta argentina, Cristina Fernández, llamó a la unidad y convocó hoy a construir un proyecto de país con sus cimientos en el modelo iniciado en 2003 por su esposo, el fallecido expresidente Néstor Kirchner, durante el acto central con motivo de la fiesta nacional.
Fernández aseguró que el gran desafío del siglo XXI para Argentina es "formular un proyecto de país que tiene sus cimientos y sus pilares fundamentales en ese 25 de mayo de 2003", cuando Kirchner (2003-2007), fallecido en 2010, asumió el poder y dijo que "había otra manera de gobernar y de pensar y que él iba a dejar la vida en llevarla adelante".
Ante miles de simpatizantes reunidos en la céntrica Plaza de Mayo de Buenos Aires para celebrar los festejos conmemorativos del 204 aniversario de la Revolución de Mayo, la mandataria convocó a la unidad nacional y advirtió contra quienes quieren boicotear esta "oportunidad histórica".
La jefa de Estado argentina llegó a comparar la revolución de mayo de 1810, que desembocó en la independencia, con la década que inauguró Kirchner en 2003 al hablar de un "destino que algunos nos quisieron imponer" y que "empezamos a cambiar el 25 de mayo de 2003, como también lo habíamos hecho un 25 de mayo de 1810, nos habían querido convencer de que estábamos equivocados".
"Quieren sembrar cizaña, dividir y enfrentar, no cuenten conmigo", afirmó Fernández desde un escenario frente a la sede del Ejecutivo argentino, rodeada de altos cargos del Gobierno y legisladores.
La presidenta convocó a la unidad nacional para entenderse "más y mejor a partir de la palabra y de ideas claras", ante una multitud reunida frente a la Casa Rosada.
La mandataria pidió también ayuda para "construir esperanza" y aseguró que además de un presente, los argentinos tienen sobre todo "un futuro que seguir construyendo entre todos cada vez con mas fuerza".
Fernández apeló al "amor por el otro" y pidió perdón si ofendió a alguien con su estilo y su tono, para concluir con la promesa de ser "una presidenta que jamás traicionará los intereses del pueblo y de la nación".
Horas antes, Fernández había participado en el Tedeum celebrado en la catedral de Buenos Aires por primera vez en su gestión.
Desde primera fila en el templo porteño, Fernández escuchó el llamamiento al diálogo y la unidad realizado por el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, sucesor de Jorge Bergoglio.
"O se apuesta por el diálogo, por la cultura del encuentro o todos perdemos", citó Poli al pontífice durante su mensaje, en el que aseguró que el diálogo es "el único modo de que una sociedad crezca".
Posteriormente, Fernández se emocionó al leer la oración por la paz de San Francisco, en la que el santo insta a anteponer el amor al odio, el perdón a la ofensa y la unión a la discordia.
El retorno de Fernández a la catedral de Buenos Aires es resultado de la sintonía en las relaciones entre el Gobierno argentino y la Iglesia tras la designación de Bergoglio como papa.