Cristina Fernández asume su segundo mandato presidencial
Cristina Fernández rompió el protocolo de la ceremonia de asunción de su segundo mandato presidencial consecutivo, al evocar a su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, en la fórmula de juramento y recibir la banda presidencial de manos de su hija menor, Florencia.
Vestida de riguroso luto, la Presidenta juró sobre la Biblia desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidenta de la nación y agregó: “si así no lo hiciese, que Dios, la Patria y él (Kirchner) me lo demanden”. Este acto fue dirigido por el vicepresidente saliente, Julio Cobos, quien se encuentra enfrentado con el Gobierno. Pero una de las principales incógnitas fue quién le colocaría la banda presidencial a la mandataria.
Según el protocolo, le correspondía también a Cobos. Sin embargo, en este caso Fernández eligió a su hija, Florencia, para que lo hiciera, mientras Cobos miraba a un costado. Visiblemente emocionada, Fernández se sumió en un abrazo con su hija mientras en el Parlamento retumbaban los aplausos y los vítores a la mandataria y a Kirchner.
En su discurso, la gobernante manifestó que ella no era la presidenta de las corporaciones, sino de los 40 millones de argentinos, tras repasar los logros de su primer gobierno y pedir la colaboración de empresarios y sindicatos para mantener la bonanza económica.
Ante la Asamblea Legislativa, la Presidenta insistió en que ha dado instrucciones a sus ministros para hacer “sintonía fina” en el modelo económico y garantizar el crecimiento sostenido en medio de la crisis internacional.
La presidenta argentina comparó la crisis económica en Europa con el derrumbe que vivió el país sudamericano hace diez años, al pronunciar ante el Congreso el discurso inaugural de su segundo mandato consecutivo hasta 2015. “Esta situación en Europa es un espejo de la Argentina de 2001, cuando el país cayó en la peor crisis económica de su historia”, expresó la mandataria ante un auditorio colmado de políticos y colegas extranjeros. En la ceremonia estuvieron también su hijo, Máximo, siete presidentes y los enviados de EE.UU. y China.
Mientras tanto, en las calles, decenas de miles de personas saludaron la asunción de la presidenta con consignas peronistas y cánticos como “yo soy peronista, soy soldado de Cristina”. Militantes y miembros de organizaciones oficialistas llenaron las avenidas de Buenos Aires.
Con banderas y pancartas en mano, integrantes de sindicatos, organizaciones sociales y diversas agrupaciones afines al gobernante peronismo se apostaron frente al Parlamento para seguir la ceremonia. Los actos de toma de posesión tenían previsto terminar con un festival en la Plaza de Mayo, para el que se montó un escenario en el que actuarían varias bandas musicales.