Crisis entre Italia y Francia por un bloqueo ferroviario
La tensión entre Francia e Italia debido a la inmigración tunecina que en las últimas semanas llegó a la península se acentuó el domingo después de que París suspendiera la circulación de trenes desde Ventimiglia, tras la decisión italiana de otorgar permisos de estancia temporal.
Francia decidió llevar a la práctica la advertencia que días atrás lanzara su ministro del Interior, Claude Gueant, acerca de que rechazaría "la ola de inmigración" tunecina procedente de Italia, adonde desde enero pasado llegaron unos 25.800 inmigrantes de ese país francófono luego de la caída del presidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí.
Argumentando que "la abrumadora mayoría" de esos inmigrantes declararan su intención de trasladarse a Francia, ex potencia colonial de Túnez, o a otros países europeos "donde tienen amigos o parientes", Italia decidió otorgar permisos de residencia de seis meses a más de 20.000 tunecinos.
Francia y algunos de sus vecinos -Alemania y Bélgica- rechazaron esa decisión afirmando que las reglas europeas y la libre circulación de las personas en los 25 países del espacio Schenguen requieren además la presentación de un pasaporte en regla y recursos financieros suficientes.
En este contexto, Francia decidía el domingo suspender la circulación de trenes desde Ventimiglia.
"Todos los trenes han sido anulados hasta nueva orden por la delegación del gobierno (central) en la región de Alpes Marítimos" (sudeste de Francia), afirmaba un controlador ferroviario pasado el mediodía del domingo.
Los trenes en sentido contrario, es decir procedentes de Niza, debieron interrumpir su recorrido en Menton, antes de cruzar la frontera. Ventimiglia es la última ciudad italiana antes de la frontera francesa y uno de los principales pasos fronterizos entre estos dos países gobernados por la derecha.
"El problema de la inmigración se está convirtiendo un poco como el tema nuclear: todo el mundo quiere hablar, pero nadie lo quiere en su jardín", afirmó el lunes el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, al día siguiente de que el gobierno dirigido por Silvio Berlusconi presentara una "protesta firme" ante Francia.
Su homólogo francés justificó ayer la decisión de suspender los trenes desde Ventimiglia pues planteaba "un problema de orden público".
El "tren de la dignidad" que debía partir a las 13:37 locales del domingo de Ventimiglia rumbo a Marsella pasando por Niza, llevaba abordo a militantes de derechos humanos italianos, franceses y a unos 60 inmigrantes tunecinos. La circulación fue reanudada casi cuatro horas más tarde.
Francia aplica "a la letra" los acuerdos de Schengen, insistió Gueant. "Hay una regla que prevalece en los acuerdos de Schengen: el primer país de entrada es el que gestiona a la población inmigrante", sostuvo el ministro francés.
Según un primer análisis de la Comisión Europea, Francia respetó las reglas al suspender la circulación de trenes desde Ventimiglia. Este nuevo enfrentamiento se produce una semana después de que Gueant se reuniera con su homólogo italiano, Roberto Maroni y acordara patrullas conjuntas en las costas tunecinas. También interviene en un contexto de baja popularidad tanto para Sarkozy como para Berlusconi que oscila en el 30%.
Por otra parte, líderes sindicales rechazaron ayer el plan del Gobierno de reducir la inmigración legal en Francia, un propósito expresado por el Ministro Gueant, que anunció ayer su intención de acortar la lista de empleos que autoriza recurrir a mano de obra extranjera.