Los investigadores chinos que analizaron la propagación del SARS-Cov-2 en el foco inicial de la infección (Wuhan) confirmaron el lunes 27 de abril de 2020 que el coronavirus puede estar mucho tiempo en el aire en espacios abarrotados o en habitaciones donde hace falta una correcta ventilación.

Los virólogos hallaron fragmentos de material genético del virus flotando en el aire de los aseos, un espacio interior donde se concentran muchas personas, y además en las habitaciones donde el personal médico se quita la ropa de protección.

El profesor Ke Lan, de la Universidad de Wuhan, y un grupo de investigadores instalaron las llamadas trampas de aerosol dentro y alrededor de los edificios de dos hospitales que registraron los primeros pasos de la pandemia.

Este primer estudio publicado sobre las características aerodinámicas del SARS-CoV-2 en el mundo real cuenta con una muestra muy pequeña de los virus capturados en el aire, con menos de 40 especímenes de 31 ubicaciones, lo que es una prueba suficiente de que el virus tiene la capacidad de mantenerse en el aire.

Los científicos dividen en dos tipos las microgotas que las personas generan cuando respiran, tosen o hablan. Aquellas que son más grandes caen al suelo para evaporarse luego y la contaminación se produce principalmente mediante los objetos en los que se asientan. Las más pequeñas forman aerosoles y pueden permanecer en el aire durante horas.

Las concentraciones especialmente altas de los aerosoles micrométricos con el ARN vírico aparecieron en las habitaciones donde el personal médico se quitaba el equipo de protección. Este detalle sugiere que las partículas que contaminan ese equipo volvían a volar cuando se quitaban las mascarillas, los guantes y las batas.

Por otra parte, el grado hasta el que son contagiosas las microgotas mientras se ciernen en el aire no queda claro. Ke Lan y sus colegas reconocen que no han establecido "la infectividad del virus detectado en estas áreas hospitalarias", pero que en teoría el SARS-CoV-2 puede transmitirse a través de aerosoles.

Al respecto, los autores recomiendan algunas medidas de protección adicionales como ventilar y esterilizar adecuadamente los aseos, ante todo en los hospitales, y también desinfectar la ropa protectora del personal médico antes de que se retire. (I)