La tercera prueba nuclear norcoreana, realizada el 12 de febrero pasado, desató la condena internacional, incluyendo la de China y el Consejo de Seguridad de la  ONU que resolvió, por unanimidad, decretar nuevas sanciones contra Corea del Norte.

Esta resolución fue respondida ayer por este país con el anuncio de la anulación  unilateral de todos los acuerdos de no agresión con Corea del Sur, la ruptura de una línea directa con Seúl y el cierre del paso principal en la frontera, Panmunjom, dentro de la Zona Desmilitarizada.

Pyongyang “anula todos los acuerdos de no agresión alcanzados entre el Norte y el Sur", señala el anuncio. Afirmó que estaba notificando al Sur el corte “inmediato” de la línea telefónica de emergencia Norte-Sur, instalada en 1971 como un medio de comunicación directa en momentos de alta tensión.

Además, un general del Ejército Popular de Corea del Norte aseguró ayer que misiles nucleares capaces de alcanzar EE.UU. están listos para su lanzamiento como una represalia por las sanciones impuestas.

Desde la Casa Blanca, el gobierno de Barack Obama tildó de “contraproducentes” a las amenazas de Corea del Norte. “Las amenazas no ayudan” a mejorar la situación de tensión que vive la región, aseguró el portavoz de la sede del gobierno norteamericano, Josh Earnest.